Adiós al proyecto de la megaplanta solar Magda en Castellón: 260.000 paneles construidos sobre 13 pueblos
Las quejas vecinales y los informes desfavorables de las diferentes administraciones han provocado la renuncia de la empresa promotora, que ha sido aceptada por el Gobierno central
La provincia de Castellón y, más concretamente, la zona del interior que limita con Teruel, lleva años convirtiéndose en un nicho importante para las energías renovables. Estos municipios contienen gran parte de las plantas fotovoltaicas y parques de molinos eólicos de la Comunidad Valenciana.
Aunque son múltiples las empresas que apuestan por esta zona para construir sus parques, no todos los proyectos de energías renovables que pretenden implantarse en Castellón acaban teniendo luz verde. Y es que gran parte de la población castellonense del interior está en pie de guerra contra estos macroproyectos, que ocupan una zona importante de sus municipios. En algunos casos incluso zonas de uso residencial o explotaciones de agricultura y ganadería.
Este es el caso de la Magda, que ha recibido el no definitivo del proyecto debido al rechazo social y político. Y es que la megaplanta solar planteaba en un inicio 260.000 paneles, que se extendían por 472 hectáreas con potencia de 150 megavatios y ocupaba el terreno de hasta 13 pueblos de la provincia.
A pesar de que durante años se ha tratado de llevar la Magda adelante, la movilización vecinal de los pueblos afectados ha tenido la fuerza suficiente para conseguir el rechazo de los diferentes organismo políticos, que ha hecho que la promotora que encabezaba el proyecto, Tregmul Trade SL, cuyo socio único es Akuo España, haya tenido que renunciar ha seguir adelante con el proyecto.
Y es que, entre algunas de las quejas formuladas por los habitantes de municipios como Las Cuevas de Vinromá, Villanueva de Alcolea, La Torre, Benlloch, Torreblanca, Cabanes, Villafamés o Borriol, era que la megaplanta se iba a asentar sobre diversos mosaicos de cereales, olivos, viñedos y pinares, claves para la agricultura y la economía de la provincia.
Tras la presión hacia la promotora, presentaron la renuncia al proyecto y ha sido estos días cuando el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha aceptado el desistimiento formulado por la empresa y se ha hecho oficial el adiós definitivo a la Magda.
Rechazo del Gobierno valenciano
El rechazo de la Magda no solo era una queja vecinal, sino que también alcanzó el plano político. Este proyecto contaba con múltiples informes desfavorables de distintas instituciones y organismos, entre ellos, la Generalitat Valenciana y el Gobierno central.
Para frenar la megaplanta se unieron diferentes administraciones y se presentaron informes contrarios de la Diputación de Castellón y de la Dirección General de Urbanismo, Paisaje y Evaluación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio de la Generalitat.
Tragmul Trade S.L. realizó un recorte en el proyecto en base a las exigencias del Gobierno central y tratar de seguir adelante con la construcción, pero esto siguió sin ser suficiente. De las 472 hectáreas presentadas de forma inicial y una potencia de 150 megavatios, la empresa redujo a 250 hectáreas y 127,8 MW.
Estas nuevas condiciones tampoco han sido suficientes para el Gobierno de Sánchez y finalmente la compañía decidió presentar una solicitud de desistimiento de la autorización administrativa. Así, en el BOE se explica que la decisión ha sido motivada «por los informes desfavorables emitidos por Administraciones, organismos o empresas de servicio público o de servicios de interés general en el marco de la tramitación efectuada».