Pedro Sánchez y Diana Morant, en el Congreso Extraordinario del PSPV-PSOE el pasado mes de marzoEuropa Press / Rober Solsona

El desembarco de Morant en la Comunidad Valenciana, en tres pasos

La llegada de la exalcaldesa de Gandía al liderazgo del PSPV-PSOE obedece a un plan de Pedro Sánchez diseñado desde hace años

La polémica surgida después de que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, prohibiera al líder de su partido en Castilla y León, Luis Tudanca, celebrar su Congreso regional ha aportado una inestabilidad interna a nivel nacional que los mandamases de Ferraz creían extinta debido al cesarismo de su jefe de filas, con las únicas excepciones del castellano-manchego Emiliano García-Page y el aragonés Javier Lambán.

Es más que probable que el presidente del Gobierno ni se hubiera podido imaginar este episodio de contestación interna por su insuperable grado de dominio de las federaciones y la sumisión que la inmensa mayoría de éstas le profesan. Quizás el último ejemplo de ello lo haya dado la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, hoy al frente del PSPV-PSOE.

Este cargo se lo debe al mismo Sánchez y a sus intereses partidistas, ya que no permitió que los socialistas de la Comunidad Valenciana eligieran entre la exalcaldesa de Gandía y los responsables provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, respectivamente, a pesar de que los tres ya habían presentado los avales necesarios para confrontar en unas primarias. Sin embargo, las directrices y los planes del jefe del jefe del Ejecutivo eran meridianos y para llevarlos a término Santos Cerdán convención en la sede del partido en Madrid a los rivales de Morant para que abandonasen la carrera por disputarle el liderazgo orgánico.

Usar el 'trampolín' nacional

La llegada de la ministra hasta sus actual puesto es algo que, si se echa la vista atrás, Sánchez tenía pensado prácticamente poco tiempo después de que llegase al Palacio de La Moncloa vía moción de censura. Es por eso que sorprendió sobre manera su nombramiento el 10 de julio de 2021, dado su raquítico grado de conocimiento a nivel nacional y valenciano, una impopularidad que en buena parte todavía sigue arrastrando a día de hoy.

En esos momentos, su designación para el Consejo de Ministros era difícil asociarla a un futuro desembarco en la Comunidad, ya que Ximo Puig gobernaba la Generalitat Valenciana y, aunque iba poco a poco flaqueando en las encuestas, estaba en disposición de revalidar el Consell. No obstante, la marcha del entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, como candidato a Cataluña comenzó a dar pistas de la hoja de ruta sanchista: nombrar ministros de perfil bajo, que se vayan curtiendo y que, cuando la oportunidad lo requiera, utilizar el 'trampolín' nacional para llegar a las baronías autonómicas.

Pedro Sánchez y Diana Morant, en una imagen de archivo durante un mitin del PSOE en ValenciaEuropa Press / Rober Solsona

Exactamente el de Illa pero en la región ha sido el recorrido realizado por Morant y diseñado por su jefe de filas: si el primer paso fue llegar al Ministerio, el segundo era hacer el camino de vuelta, pero más curtida, con (algo) más de imagen pública. Para eso fue reclutada en Madrid, es decir, para volver con más ADN y dependencia del presidente del Gobierno. Para el éxito de dicho segundo checkpoint era indispensable que la carrera hacia liderar el PSPV fuera lisa y sin obstáculos y para eso estaba la ya explicada tarea de Cerdán y todo el aparato de 'fontanería' de Ferraz.

El último capítulo de este particular serial socialista se produjo a finales del pasado mes de septiembre cuando la todavía titular de Ciencia anunció que renunciaba a su puesto en la Ejecutiva del PSOE para volcarse en su rol de líder de la oposición a un Carlos Mazón que se escapa en las encuestas y que, según varios sondeos, él solo sumaría más que toda la izquierda junta.

Pero las etapas siguen con vistas a unas elecciones autonómicas que, salvo adelanto, tendrán lugar en mayo de 2027. Es por eso que no sería en absoluto descartable que Morant también saliera del Consejo de Ministros en la próxima crisis de gobierno que deberá acometer el jefe del Ejecutivo por el nombramiento de Teresa Ribera como nueva comisaria europea y vicepresidenta de la Comisión.

Por tanto, al igual que Illa, la dirigente valenciana cumple a pies juntillas el cronograma de Sánchez para desterrar a sus barones territoriales díscolos y hacer, aún más si cabe, un partido socialista como a él le gusta: a su imagen y semejanza, con lo que Isabel Rodríguez y Pilar Alegría podrían estar ya haciendo las maletas para la misión de alzarse con el poder orgánico ante los ya citados Page y Lambán.