Las consecuencias de la DANA en las Fallas de Valencia: más de 20 talleres afectados y actos suspendidos

Casi un mes después del paso de la mayor gota fría de la historia de la Comunidad Valenciana, empiezan a calcularse los daños en los municipios más perjudicados por la riada, principalmente de la comarca de la Huerta Sur de Valencia, donde hay más de 180.000 personas afectadas. Viviendas, calles, vehículos y comercios completamente destrozados tras la DANA del 29 de octubre. Y entre los sectores afectados por esta catástrofe se encuentra uno de gran relevancia para la región: las fallas.

A cuatro meses de las grandes fiestas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, todo el sector trabaja contrarreloj para recuperarse de las pérdidas que el temporal les ha ocasionado. Desde telas y trajes, hasta estructuras y materiales, el trabajo de meses que ha quedado perdido entre el agua y el barro y que supone un gran mazazo emocional y económico para los falleros.

La primera consecuencia que se ha notado ya de forma directa en las fallas ha sido el aplazamiento de los primeros actos. El 4 de noviembre desde la Junta Central Fallera anunciaron en un comunicado que estarían paralizadas por el momento. Se han suspendido todas las actividades y concursos oficiales, así como la agenda de las falleras mayores de Valencia ciudad.

Por el momento, las comisiones falleras se están centrando en lo principal tras la catástrofe: la solidaridad. Los casales se han convertido durante estas semanas en puntos de recogida de productos de primera necesidad. Los falleros se están volcando desde el primer día no solo en la distribución de los bienes recolectados, sino como punto de encuentro y organización vecinal junto con otras actividades como brigadas de limpieza en las zonas más afectadas.

«No tengo palabras»

Las lluvias han provocado la inundación de algunos talleres, mayoritariamente los ubicados en los municipios de la Huerta Sur. Además, en otros casos las riadas han arrastrado incluso ninots que han sido encontrados días después en otras localidades entre los escombros acumulados en las calles.

Uno de los artesanos afectados es Pedro Santaeulalia, artista de la falla de Sueca-Literato Azorín, de sección Especial. En su taller cuenta estos días con la ayuda de numerosos falleros de esta comisión como voluntarios para achicar agua, retirar enseres y limpiar el suelo de barro. Santaeulalia ha reconocido sentirse «emocionado y animado de ver tanta y tanta gente que te quiere». «Lo de 'no tengo palabras' se queda corto, no sé qué decir, mil gracias de verdad», ha asegurado en declaraciones a Europa Press.

En este momento, el Gremio de Artistas Falleros de Valencia tiene elaborado un listado «prácticamente definitivo» de los talleres afectados por la DANA, que son alrededor de una veintena. A partir de ahora, los próximos pasos, según el maestro mayor, Carlos Pellicer, serán «peritar lo que se ha perdido y, a partir de ahí, se valorará el trabajo que falta por hacer para ver si se puede llegar a tiempo».

Además, desde el Gremio procederán a «cotejar los datos de las comisiones falleras afectadas» para «ver si se puede continuar haciendo el trabajo, si las comisiones de las poblaciones que han tenido inundación quieren seguir para celebrar la fiesta, si esto supondrá un aplazamiento hasta el año siguiente o si hay alguna ayuda específica para poder acabar el trabajo que se ha iniciado o compensarlo de alguna manera».

Por su parte, la Junta Central Fallera ha requerido a las comisiones que comuniquen al organismo autónomo municipal si sus artistas falleros han sufrido desperfectos en los talleres a consecuencia de la DANA, para poder elaborar un listado y recopilar todos los artesanos afectados, han detallado fuentes de la JCF.

¿Habrá Fallas en 2025?

Así pues, a pesar de todas las pérdidas y el retraso que presenta el sector, en un principio las Fallas de 2025 se van a celebrar. Y, seguramente, serán de las más especiales de la historia, así como lo fueron las de 1958 tras la Gran riada del 1957 y que, a pesar de ello, se celebraron.

De aquí al mes de marzo la situación será completamente diferente, sobre todo existirá la necesidad de seguir moviéndose tanto social como económicamente. De lo que no cabe duda es que, hasta entonces, la actividad fallera estará muy condicionada por lo sucedido.

Muchas de ellas van a tener un problema muy grande con sus monumentos falleros, desde la destrucción o deterioro de sus materiales a la falta de abastecimiento. Por ejemplo, empresas de distribución de artículos relacionados con el entorno fallero como alimentos, decoración, flores o mobiliario que contratan en empresas ubicadas en las zonas afectadas y que tendrán que buscar un plan B.

Todavía quedan cuestiones por resolver durante estos casi 120 días que restan hasta la gran fecha de la plantà, como la decisión de qué posibilidades hay de reconstruir, de quién sufragará las pérdidas y qué disponibilidad técnica tiene el artista con la pérdida de ninots o maquinaria.

Además, una festividad de tal envergadura necesita comenzar los procesos con mucha antelación. Así pues, los primeros pasos burocráticos comienzan ya durante este mes de noviembre, el día 4 las comisiones debían empezar a solicitar los espacios que dedicarán a las actividades como zona de fuegos, instalación de mercadillos y venta de buñuelos, entre otras. Un plazo que se prolonga hasta el 22 de diciembre.

Así mismo, los actos festivos con pirotecnia deben solicitarse, también como es habitual en los años anteriores, con 30 días de antelación. Y como la fiesta, en ese sentido, no puede parar, la próxima semana se celebrará el Pleno de la Junta Central Fallera, donde deben decidirse aspectos importantes como la reconfiguración de la Ofrenda o la Clasificación de Fallas.