Benetúser aplaza la apertura de los colegios tras la muerte de un operario en Masanasa

La actividad en las aulas permanecerá inoperativa en la localidad valenciana de Benetúser debido a las dudas sobre la seguridad estructural en los edificios educativos tras el trágico accidente de este domingo en Masanasa en el que ha muerto un trabajador. Durante unos trabajos realizados en el exterior del edificio por la empresa pública Tragsa, se desplomó un porche, causando la muerte de un operario de 51 años y heridas a otro de 35.

Tras el suceso, el Ayuntamiento de Benetúser ha decidido suspender indefinidamente el regreso a las aulas de al menos 2.000 alumnos de cuatro centros educativos: Blasco Ibáñez, Cristóbal Colón, Vicent Ricart y el instituto María Carbonell, debido a la falta de un informe oficial que certifique la estabilidad y seguridad de los edificios.

El alcalde de Masanasa, Francisco Comes, aseguró que el edificio estaba señalado como «rojo» en las inspecciones, lo que implica su próxima demolición, según aseveró. Además, recordó que el Ayuntamiento había prohibido el acceso a los colegios Luis Vives y Ausiás March desde el pasado 7 de noviembre por precaución. Sin embargo, la tragedia ha levantado interrogantes sobre si se tomaron todas las medidas preventivas necesarias antes de iniciar las labores en la infraestructura.

El consejero de Educación de la Generalitat Valenciana, José Antonio Rovira, aseguró tras una reunión de urgencia, este domingo, que el derrumbe era «imprevisible» y que no existía ningún informe previo que indicara un riesgo de colapso en el porche. Además, subrayó que, dada la antigüedad del centro –50 años– y los daños sufridos, se había considerado más viable reconstruir el edificio que repararlo.

En un comunicado oficial, el Consistorio explicó que tras una reunión mantenida el 12 de noviembre con representantes de la Consejería de educación y los equipos directivos, se fijó el 25 de noviembre como fecha de reapertura. Desde entonces, el Ayuntamiento ha gestionado y financiado las revisiones eléctricas y de seguridad contra incendios, que obtuvieron el visto bueno necesario. Sin embargo, a día de hoy, la Consejería no ha presentado un informe que avale la estabilidad estructural de los edificios, según un comunicado en la red social Facebook publicado por el Consistorio de Benetúser.

«Con el apoyo de los equipos directivos de los centros educativos, hemos decidido no reanudar la actividad hasta que las autoridades competentes certifiquen al 100 % que la vuelta a las aulas es segura y no entraña ningún tipo de peligro para alumnado y profesorado», concluye el escrito.

Pese a que la empresa Tragsa comunicó verbalmente que los resultados de sus inspecciones son favorables, el Consistorio insiste en que no permitirá la reapertura sin el documento oficial de la Consejería. La concejal de Educación, Ana Martín (PSOE), calificó la gestión autonómica como «una auténtica chapuza» y denunció presiones para reabrir los centros sin las garantías necesarias. Además, en declaraciones a Europa Press televisión ha asegurado que «Sin ese documento por escrito ya no nos vamos a fiar de la Consejería de Educación».

Los colegios de Benetúser permanecen cerrados desde la riada del 29 de octubre. En este contexto, el colegio Blasco Ibáñez fue utilizado hasta la semana pasada como centro de coordinación de ayuda y voluntariado, mientras que el resto de edificios se mantenían inoperativos.

El cierre de colegios y los recientes incidentes han generado críticas a la Consejería de Educación por parte de los partidos de izquierdas. Representantes del PSPV y Compromís cuestionan la falta de medidas preventivas y exigen responsabilidades al gobierno autonómico. «¿Mazón y su conseller de Educación no saben nada de esto? ¿Hay alguien al volante?», señala, por ejemplo, el portavoz socialista en las Cortes Valencianas, José Muñoz, en la red social X.