Dos niños, viendo el Museo Valenciano del Juguete, en la localidad alicantina de IbiMuseo del Juguete / Jose A. Silvestre

El Museo del Juguete de Ibi cierra 2024 con 20.000 visitas y reivindica su historia en la industria juguetera

Ubicado en la antigua fábrica Payá, el museo muestra la evolución del juguete en el 'Valle del Juguete' alicantino

El Museo del Juguete del municipio alicantino de Ibi ha finalizado el año 2024 con un notable éxito, alcanzando las 20.000 visitas, una cifra que destaca especialmente por la afluencia registrada durante la época navideña. «Es normal que en Navidad se acuerden más de nosotros, aquí se han hecho gran parte de esos juguetes que hemos tenido todos en algún momento. Todos hemos sido niños», ha señalado Pilar Avilés Balch, coordinadora del museo, a Europa Press.

Este espacio, ubicado en la antigua fábrica de juguetes Payá, alberga más de 400 piezas que reflejan la evolución del juguete durante el siglo XX. Desde las primeras creaciones de hojalata, pasando por juguetes de cartón, madera y los primeros de plástico, hasta llegar a los que Avilés denomina «los primeros videojuegos, si se les puede considerar así», el museo ofrece un recorrido único por la historia de la infancia y de la industria juguetera.

Según ha detallado Avilés, Ibi es un municipio que ha crecido gracias al juguete. En sus mejores épocas, llegó a contar con «más de 70 fábricas jugueteras». La coordinadora subraya que este desarrollo no solo transformó la economía local, sino que también atrajo a trabajadores de toda España, especialmente de regiones del sur como Andalucía y Castilla-La Mancha.

El municipio forma parte del conocido 'Valle del Juguete', una denominación que engloba también a localidades cercanas como Tibi, Castalla, Onil y Biar. Esta región es reconocida como el epicentro de la industria juguetera en España, que alcanzó su apogeo en los años 60. «El 'boom' de la industria juguetera atrajo a gente de toda España, y con el esfuerzo de todos Ibi creció y es lo que es gracias a eso», explica Avilés.

El origen de esta pujante industria se remonta a los hojalateros del pueblo, quienes comenzaron fabricando pequeñas miniaturas, como tartanas -carritos tirados por burros-, inspiradas en lo que veían por las calles. «Los hojalateros del pueblo, cuando vieron que esas primeras miniaturas de las cosas para la casa gustaban mucho, empezaron a fabricar más cosas, más juguetes», destaca Avilés.

Además, el museo busca conectar a los visitantes con la identidad cultural y económica de Ibi. Sus exhibiciones permiten a adultos rememorar su infancia y a los más jóvenes descubrir cómo los juguetes han cambiado con el tiempo. Sobre este punto, Avilés ha reflexionado sobre el futuro del museo: «Evidentemente, el juguete ha ido evolucionando. Desde los primeros que se hicieron aquí, que no llevaban ningún tipo de mecanismo, hasta los juguetes de finales del siglo XX, han cambiado mucho».

En este sentido, la coordinadora no descarta que en un futuro este espacio integre juguetes modernos que reflejen el salto tecnológico actual: «Acabarán exhibiéndose juguetes muy modernos». Con un legado que resalta el papel de Ibi como capital juguetera de España, el Museo del Juguete sigue siendo un espacio para entender cómo un pequeño pueblo alicantino dejó su huella en la infancia de varias generaciones de españoles.