
La etarra Iratxe Sorzabal durante su declaración ante la Audiencia Nacional
La exdirigente etarra Iratxe Sorzabal niega haber participado en el atentado contra el aeropuerto de Alicante en 1995
La terrorista ha negado haber conformado ningún comando y tener conocimiento en explosivos o armas
La exdirigente etarra Iratxe Sorzabal ha negado en la Audiencia Nacional haber colocado una bomba en el aeropuerto de Alicante en julio de 1995, que fue encontrada y desactivada sin causar daños, y por la que la Fiscalía pide para ella seis años de prisión.
Sorzabal ha tomado la palabra para desvincularse de este atentado en el juicio que este martes ha quedado visto para sentencia, y en el que las partes han elevado a definitivas sus conclusiones: el fiscal mantiene su petición de condena y la defensa la absolución.
Durante su declaración, la exdirigente de ETA ha seguido la misma línea que en el juicio sobre otro atentado sin víctimas en la frontera de Irún (Guipúzcoa) en 1995, celebrado hace unas semanas, en el que dijo que las declaraciones prestadas ante la Guardia Civil en su segunda detención, en 2001, se produjeron bajo «torturas».
Bajo esta premisa, no ha reconocido como propia la carta de autocrítica o «cantada» que, según la Fiscalía, remitió a la dirección de ETA cuando fue detenida y en la que confesaba su responsabilidad en 22 acciones terroristas.Tras reiterar que sus declaraciones ante la Guardia Civil las realizó obligada, a preguntas de su defensa ha negado cualquier responsabilidad en el atentado. «Yo no puse ninguna bomba», ha declarado, al tiempo que ha negado haber conformado ningún comando o tener conocimiento en explosivos o armas.

Iratxe Sorzabal durante su declaración judicial
Una versión que no ha desvirtuado la tesis del fiscal Carlos García Berro, que ha solicitado una condena de seis años por un delito de estragos terroristas, y que ha defendido la validez de ese documento, redactado con «sinceridad» por quienes estaban «obligados» a realizar «esta dación de cuentas» a la dirección de ETA.
En él no se relataba -ha explicado el fiscal- «las mentiras» que, según Sorzabal, había declarado ante la Guardia Civil, sino las acciones que presuntamente cometió, porque, de lo contrario, dicho documento no tendría utilidad para la banda.
La defensa, en cambio, considera que esta prueba está viciada de nulidad, mal traducida, mal interpretada y que no se le puede atribuir a la acusada, y ha denunciado que no se ha hecho ninguna comprobación sobre su veracidad y que no se ha llamado a declarar a los tres compañeros que supuestamente ella mencionaba.
Durante su informe ha defendido que una condena basada en esta prueba vulneraría los derechos fundamentales de la exdirigente etarra, protegidos por la Constitución y el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Iratxe Sorzabal, que fue detenida de nuevo en 2015 junto al exjefe de ETA David Pla, fue condenada en 2022 por primera vez en España a 24 años y medio de prisión por un doble atentado perpetrado en noviembre de 1996 en Gijón contra una farmacia y el Palacio de Justicia.
En febrero, la Audiencia Nacional reabrió el sumario por el asesinato del suboficial de la Ertzaina Montxo Doral en 1996, un crimen que la Policía autónoma vasca atribuye a un comando bajo la dirección de Sorzabal.
El Tribunal Correccional de París la condenó en rebeldía en junio de 2006 a tres años de cárcel por su pertenencia al aparato político de ETA y en 2013 fue de nuevo condenada en rebeldía en el juicio en el que se impuso cadena perpetua al padre de su hija, el exdirigente etarra Mikel Carrera Sarobe, Ata, por el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton en 2007.