Reproches entre administraciones La delegada del Gobierno culpa a Catalá por la marcha propalestina que forzó a cancelar un festival de baile
Pilar Bernabé asegura que su departamento no recibió aviso de que el espectáculo se iba a celebrar y reprocha al Ayuntamiento sus «ansias por llamar a la prensa»
El Ayuntamiento de Valencia y la Delegación del Gobierno en la Comunidad están viviendo un cruce de reproches acerca de los hechos que se produjeron el pasado domingo en la capital levantina. Como ocurre todos los domingos a lo largo del año, la céntrica plaza de la Virgen acoge festivales de bailes tradicionales que organiza la Junta Central Fallera (JCF). Sin embargo, la última edición estuvo salpicada por la polémica y episodios nada agradables de ver.
Hacia el final de la celebración, cuando tan solo quedaban tres comisiones por actuar, a la plaza llegó una manifestación que se había convocado a favor de Palestina y contra Israel, a colación de la guerra que se está librando contra Hamas. De hecho, el lema de la manifestación era la frase «Valencia con Palestina. Boicot al apartheid israelí». En un primer momento, la música paró de sonar, pero al ver que la marcha, en la que también se exhibieron banderas independentistas catalanas y a la que acudieron concejales y asesores del grupo municipal de Compromís en el Consistorio, era multitudinaria, se optó por reanudar el espectáculo.
En ese instante, varios manifestantes comenzaron a lanzar «insultos» y «amenazas» a los falleros que estaban bailando, un comportamiento agravado porque también «quitaban las sillas» que estaban instaladas. El ambiente era de susto e, incluso, hubo alguna fallera que estaba llorando. Ante tal situación, el Ayuntamiento decidió suspender el evento para evitar episodios de mayor conflictividad y violencia.
Silbidos y gritos «sin justificación»
Con el festival de bailes ya cancelado, la JCF emitió un comunicado a través de sus redes sociales en el que expresaban su «profunda condena» por los incidentes sufridos: «No se puede permitir que las comisiones que, como cada domingo, nos ofrecen su muestra de folclore tengan que soportar silbidos y gritos sin justificación», señala el máximo órgano fallero.
En el terreno de las responsabilidades, los hechos han derivado en un intercambio de señalamientos entre el Ayuntamiento de Valencia y la Delegación del Gobierno por el hecho de por qué se autorizó que la marcha propalestina coincidiera en lugar y tiempo con el festival de bailes y, por tanto, se dio luz verde a situaciones tensas que se podrían haber evitado. Por parte del Consistorio, fuentes municipales aseguran que el martes anterior, es decir, con cinco días antelación, se trasladó a la Policía Nacional el habitual informe sobre los eventos que están previstos que se celebren en la ciudad en los días venideros. Por tanto, la Delegación estuvo informada del festival de bailes, ya que el Cuerpo depende de ella.
Sin embargo, el departamento que dirige Pilar Bernabé niega esa versión y culpa a la Policía Local –y por extensión a la alcaldesa, María José Catalá– de no haberle informado. «La Subdelegación pide informes para que expliquen las actividades que se organizan en su ciudad y a partir de ahí, si no hay ningún problema, se permite que el itinerario siga el curso previsto, y si hay alguna actividad que pueda interferir, se varía el itinerario, como sucedió el domingo en Valencia, la Policía Local comunicó la carrera y se hizo una pequeña variación. Pero la Policía Local no dio ninguna otra información y por tanto no se hizo ninguna actuación más», se escuda Bernabé.
«Ansias por llamar a la prensa»
De este modo, la delegada indica que en la capital del Turia hay un protocolo que «siempre funciona bien» y muestra de ello es que «en lo que llevamos de año, ya se han hecho unas 700 manifestaciones y concentraciones», insistiendo en responsabilizar al equipo de gobierno local liderado por Catalá: «Lo que yo pido es que quien haya cometido el error que lo asuma, que no pasa nada, que es humano, que sucede, pero que no intentemos desviar nada», recalca.
En su opinión, el episodio que se vivió fue consecuencia de «un error» porque «quien tenía que dar la información no la dio», en alusión al Ayuntamiento, por lo que reclama «que cada uno asuma lo que le corresponda». «Si no hubiera habido tantas ansias de llamar a la prensa para quejarse de determinados responsables, ahora no tendrían que dar las explicaciones oportunas. Si hubieran llamado a peguntar antes de llamar a la prensa para decir que la Delegación no había hecho bien su trabajo, a lo mejor ahora no tendrían que dar explicaciones. A veces es mejor mirar en casa antes de echar la culpa a los demás», apunta la delegada.
Este último tono en sus declaraciones más político y alejado del perfil institucional que conlleva ser la tercera autoridad de la Comunidad Valenciana tras el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y la de las Cortes, Llanos Massó, no es en absoluto descartable que se siga produciendo y se pueda incrementar, tanto en intensidad como en cantidad. Y es que el de Bernabé es uno de los nombres que más suenan para sustituir al todavía líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig.
Aunque todavía no hay fecha fijada, se prevé que la federación socialista valenciana celebre su congreso en los meses de verano, tras las elecciones europeas. Además, la importancia orgánica de Bernabé ha cogido impulso después de que Puig la nombrara en septiembre número dos de la formación.