Valencia  Catalá se marca como objetivo prioritario la seguridad frente a la pasividad en la etapa de Ribó

Resulta innegable que el «cambio» que prometió Joan Ribó en 2015 cuando accedió a la Alcaldía de Valencia fue tal. Tras ocho años al frente del Ayuntamiento, el tráfico se convirtió junto a la suciedad en los dos principales asuntos que más quejas recibían por parte de unos vecinos que contemplaban cómo las principales vías de la ciudad se convertían en un permanente atasco de coches, las aceras acumulaban porquería y había una poda de árboles descuidada.

La inseguridad en la capital levantina también fue motivo de reclamaciones, especialmente en determinados barrios con problemas de convivencia como Orriols, El Cabañal, Nazaret o Casas Rosas, uno de los más conflictivos, donde hasta el camión de la basura tiene que entrar escoltado. Esta problemática, lejos de atenuarse, fue a más, extendiéndose al centro de Valencia, donde aumentaron los botellones y las peleas multitudinarias, entre otros episodios.

La situación llegó a tal nivel que incluso sindicatos policiales protestaron porque no tenían boletines de denuncia y los medios personales y de vehículos eran del todo escasos para el trabajo diario. «Esto no lo veíamos desde hacía mucho tiempo, en la época más dura de la heroína», declaraba en el mes de mayo a El Debate el representante en el Consistorio del Sindicato Profesional de Policía Local y Bomberos (SPPLB), Jesús Santos.

Según los datos que publica el Ministerio del Interior en su Balance de Criminalidad periódico, los delitos convencionales aumentaron en la capital del Turia en el segundo trimestre de 2023 un 3,6 % respecto al mismo período del año anterior, en el que Valencia se convirtió en la capital de provincia de España donde más se incrementaron los ilícitos, superando incluso a la Barcelona de Ada Colau.

Primeras oposiciones desde 2018

En el informe, se especifica que ha habido un asesinato más (tres en total), 222 delitos contra la libertad sexual, un acumulado de 3.738 ilegalidades relacionadas con estafas informáticas, así como 299 incidencias producto del tráfico de drogas. Este último dato merece la pena resaltarlo, puesto que supone un aumento del 94,2 % respecto al segundo trimestre del pasado año, cuando se registraron 154, con lo que prácticamente este tipo penal se ha duplicado.

Con tal de combatir ese preocupante contexto y revertirlo, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, se ha marcado como «objetivo prioritario» reforzar la seguridad en la ciudad. Para ello, aprobará la creación de 100 nuevas plazas de Policía Local en 2024. Estos agentes se incorporarán, en palabras de la propia regidora, «en los próximos ejercicios». Los uniformados se unirán a otros 81 que podrán lograr el puesto a lo largo de la legislatura, ya que el Ayuntamiento va a convocar oposiciones, un trámite pendiente desde 2018, cinco años en los que Ribó no dotó a la Policía municipal de más efectivos.

Con esa medida, Catalá subraya que se conseguirá un Cuerpo «más fuerte, con más agentes y mejores recursos». Remarcando que la Policía Local cuenta con «más de 150 años al servicio de la ciudadanía», la regidora también destaca que siempre «ha sabido adaptarse a las necesidades que cada tiempo exigía». De esta manera, subraya que lo que los valencianos piden en estos tiempos es que se actúe «ante fenómenos como el botellón, la okupación ilegal o el incivismo», para lo que considera esencial incrementar la plantilla.

«La hoja de ruta del Ayuntamiento va dirigida a lograr una Policía Local con más personal para recuperar la ratio de policías por habitante que merece la tercera capital de España. La proximidad a los ciudadanos, la polivalencia en aras de la eficiencia, y la prevención», apunta Catalá, que se compromete a que todo lo anterior «se va a plasmar en una serie de actuaciones y, sobre todo, en un Cuerpo con más y mejores recursos».

Igualmente, la mandataria 'popular' anuncia que los Presupuestos del Consistorio de 2024 contemplarán la incorporación de 107 policías, una nueva comisaría en el barrio de Malilla y «la modernización de la sala 092 para mejorar la atención a los ciudadanos». Esto se añadirá a la creación de la nueva Unidad Centralizada de Respuesta (UCR), cuyo fin principal será «luchar contra la conflictividad en los barrios y los problemas de convivencia, que se incrementan los fines de semana». El equipo de Gobierno estima que este proyecto «será una realidad en poco tiempo» porque urge «recuperar el impulso de la Policía de barrio, con canales de comunicación más directos entre los agentes y los vecinos».

El refuerzo vendrá a cubrir las necesidades del día a día. En los diez meses de este año, el Cuerpo ha realizado 273.000 intervenciones, de las que 1.496 se han saldado con detenciones, 87 más que en todo 2022. «La Policía Local tiene un papel primordial en el bienestar de los ciudadanos. Un papel que lleva a cabo siguiendo los dos verbos de acción que conforman su lema: 'ayudar y proteger'», incide la alcaldesa.

Tras la celebración del 9 de Octubre, Día de la Comunidad Valenciana, y del puente del Pilar, la siguiente gran prueba para comprobar la coordinación y organización policial en Valencia será durante las festividades de Todos los Santos. Para esos días, el Ayuntamiento desplegará 298 agentes, de los que 154 estarán por la mañana y 144, por la tarde. Esta cifra supone 70 efectivos de refuerzo extra que se unirán al «dispositivo habitual» con tal de «velar por la normalidad en la tradicional visita a los cementerios», manteniendo «el orden y la seguridad», según afirma el concejal de Seguridad, Jesús Carbonell.