El esmorzaret –irónicamente, 'almuercito' en valenciano– es una de las tradiciones más arraigadas en la región. Curiosamente, no se refiere a la comida de mediodía, sino a disfrutar de un contundente bocadillo a mitad de mañana, habitualmente entre las 9 y las 12, y en especial los fines de semana. Un almuerzo tradicional tiene su propia liturgia. Para empezar, si puede ser en terraza, mucho mejor. Una vez sentado, el camarero servirá por cuenta de la casa unos platos con cacahuetes, aceitunas y altramuces. Es el 'gasto'. El plato fuerte es el bocadillo, pero antes es típico pedir unas tapas como patatas bravas, sepia con mayonesa, oreja o morro de cerdo. Luego es el turno del protagonista de almuerzo. Existen infinidad de combinaciones, gourmets como de carne de caballo o figatells (hígado de cerdo envuelto en su tela de estómago), pero hay bocadillos emblemáticos. Los cinco más famosos y que no te puedes perder son estos:
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