El sacerdote en una de sus versiones

El sacerdote en uno de sus videoclips donde versiona canciones de moda entre la juventud@hanchuipriest

El cura de Valencia que triunfa con sus versiones de Bizarrap para acercar el mensaje de Dios a los jóvenes

Frank Suárez, o Han Chui Priest en redes sociales, es un sacerdote peruano afincado en la ciudad del Turia que cuenta con miles de seguidores en internet

Frank Suárez, sacerdote peruano afincado en Valencia, más conocido en redes sociales como Han Chui Priest, adapta su palabra a las sesiones del cantante argentino Bizarrap en YouTube o abre directo en Twitch, plataformas en las que cosecha miles de seguidores, con la intención de llegar a los más jóvenes. Llegó a España en 2009, donde cursó Derecho canónico y comenzó a ejercer de cura hasta hoy.

El padre Suárez, a sus 41 años de edad, es todo un influencer de Dios, ya que compagina su trabajo en la parroquia de Patraix y en el Tanatorio Municipal con su faceta de capellán en el colegio La Purísima.

Imagen en las redes sociales @hanchuipriest

Imagen en las redes sociales del sacerdote@hanchuipriest

Fue precisamente en este centro educativo hablando con sus alumnos cuando supo de la existencia de Bizarrap, el productor argentino famoso por sus colaboraciones con artistas como Shakira o Quevedo. Entonces no dudó ni un segundo y creó un canal de YouTube para subir sus propias canciones versionadas con el objetivo de forjar vínculos con sus alumnos, llegar a más jóvenes y además dar un pasó más en el proceso de digitalizar la enseñanza cristiana para que la Iglesia tenga mayor presencia en internet.

En este sentido, empezó a subir a YouTube versiones cosplay en las que se viste como el cantante en cuestión, incluido si se trata de una mujer, como el caso de Nathy Peluso.

En sus temas siempre lanza alguna crítica social, como es el caso de la versión del tema del cantante Zaramay, en la que denuncia que lo que recauda Hacienda en impuestos no se ve reflejado en salud o educación.

No se gana la vida como cantante

A pesar de que sus canciones le han servido para ganar miles de seguidores en redes sociales no vive de ello. De hecho, en uno de sus vídeos más vistos, que cosecha 70.000 reproducciones, explica que solo recibió dos euros de YouTube.

Sin duda, se trata de un sacerdote sin complejos cuya única misión es naturalizar la presencia de la Iglesia en redes sociales. Pero con límites, ya que de momento no se anima a bailar en TikTok pero sí hace uso de esta aplicación para no solo difundir sus canciones, sino para comentar curiosidades de la Iglesia como qué Papa tuvo el papado más corto de la historia o si un sacerdote puede ir a la guerra.

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