María José Catalá, en la Central de la Policía Local de Valencia

María José Catalá, en la Central de la Policía Local de ValenciaRober Solsona / Europa Press

Las líneas maestras del plan de Catalá para recuperar los barrios más degradados de Valencia

La alcaldesa 'popular' está decidida a acometer medidas para tratar de mejorar la vida de los vecinos de la Malvarrosa y de Orriols, dos de los principales focos de delincuencia y marginalidad de la ciudad levantina

Uno de los grandes motivos por el que la mayoría de los valencianos decidieron darle su apoyo a María José Catalá en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo fue por su compromiso de hacer de Valencia una ciudad más segura, tras la degradación experimentada durante la época de Joan Ribó. Este asunto fue uno de los temas fuertes de su campaña electoral y una vez alcanzada la Alcaldía la regidora está pasando de las palabras a los hechos.

Son numerosos los ejemplos de lo anteriormente mencionado; uno de los últimos, el refuerzo policial y las nuevas cámaras de videovigilancia en el Jardín del Turia. Pero las medidas de Catalá se están centrando, sobre todo, en dos de los puntos más conflictivos de la capital de la Comunidad Valenciana: la zona de la Malvarrosa y el barrio de Orriols, al norte de la ciudad y uno de los puntos calientes del narcotráfico y la delincuencia asociada a él de Valencia.

La primera edil, además, no se está implicando en mejorar la vida de los vecinos de esos barrios desde el confort de su despacho en la plaza del Ayuntamiento, sino que está bajando al barro, visitando el terreno y preguntando a sus habitantes por los problemas y necesidades reales que tienen en sus día a día.

En el caso del este de la ciudad, donde acaba en el Mediterráneo, Catalá lo visitaba el pasado martes para comprobar de primera mano los trabajos de la primera actuación urbanística en la Malvarrosa, en la zona conocida como las casitas rosas. «Hace dos meses visité la zona con los vecinos y vimos la necesidad de una actuación urgente en esta zona y nos pusimos en marcha», explicaba la alcaldesa, quien añadía que «esta es la primera actuación urbanística en ocho años y prueba del compromiso de este Gobierno para mejorar la convivencia en casitas rosas».

Los trabajos tienen un presupuesto de casi 300.000 euros, un plazo de ejecución de cuatro meses y el objetivo de poner fin al «estado de degradación e insalubridad» que presenta el barrio y tratar de eliminar un foco de delincuencia, generando un espacio diáfano y manteniendo el arbolado protegido, en referencia a la intervención en la plaza del 7 de Octubre.

Obras en la plaza del 7 de octubre, en el barrio de "las casitas rosas", en Valencia

Obras en la plaza del 7 de octubre, en la zona de las casitas rosas, en ValenciaAyuntamiento de Valencia

«Estos trabajos se han realizado también siguiendo las indicaciones de la Policía Local ya que al abrir la zona, se evita un punto de concentración de consumo de droga y se permite una actuación más ágil de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», apuntaba la regidora sobre lo que el Consistorio considera «un emplazamiento propicio para la delincuencia y la droga». Catalá, asimismo, anunció que ya se estaba tramitando la construcción de una biblioteca.

Difícil convivencia en Orriols

Respecto a Orriols, el barrio más multicultural de Valencia y uno de los más peligrosos, la alcaldesa lo visitó el jueves y, del mismo modo que en la Malvarrosa, se reunió con los vecinos con la intención de trasladarles que su Ejecutivo continuaría trabajando en la mejora de la convivencia y del entorno urbano.

En concreto, explicó que el Ayuntamiento había instalado cuatro cámaras de vigilancia «en puntos calientes del barrio con objetivo disuasorio y de control de incidentes», en los cruces de la calle Padre Viñas con Santiago Rusiñol, en Duque de Mandas, San Juan de la Peña y Agustín Lara. Asimismo, indicó que en los últimos meses se había intensificado la vigilancia y la presencia policial en las calles y que, desde noviembre, se habían llevado a cabo 1.500 actuaciones policiales.

Una cámara de videovigilancia en el barrio valenciano de Orriols

Una cámara de videovigilancia en el barrio valenciano de OrriolsAyuntamiento de Valencia

Catalá insistió en que Orriols era para ella una prioridad y que el Consistorio, desde el mes de septiembre, está ejecutando y programando inversiones por valor de 2,5 millones de euros para mejorar la seguridad, el entorno y la convivencia en el barrio: «La mejora de la seguridad, la reurbanización del entorno y la mejora del alumbrado son tres actuaciones que, junto a la presencia policial más intensa, van a contribuir a mejorar la vida en Orriols».

«Además –continuó la primera edil–, en noviembre adquirimos el compromiso de que el Centro Social Salvador Allende será de atención exclusiva para los vecinos del barrio y hoy anunciamos que este año será una realidad». Sobre la okupación ilegal, otro de los grandes problemas de la zona junto al narcotráfico, indicó que se han intensificado las actuaciones y desde septiembre de 2023 se ha actuado en más de 60 edificios, procediendo al corte de suministro eléctrico de 68 conexiones fraudulentas y 71 enganches.

Unas políticas con las que, junto a las mejoras urbanísticas y del alumbrado, así como mediante un refuerzo de la limpieza, Catalá espera revertir más pronto que tarde el estado del barrio.

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