Recreación de un oficial del Imperio Romano

Recreación de un oficial del Imperio RomanoPixabay

El origen valenciano del militar más laureado de Roma, que estuvo a punto de gobernar el Imperio

Nacido en lo que hoy es Liria, acumuló numerosos méritos políticos y en el campo de batalla que le valieron para ser uno de los personajes más influyentes de la época

La Comunidad Valenciana ha sido tradicionalmente cuna de grandes personajes en multitud de campos. Desde la pintura hasta la música, pasando por la escritura, la región sigue contando con ilustres nombres que trascienden cualquier época histórica. Así, resulta llamativo que uno de sus 'vecinos' con más poder en la historia prácticamente sea un desconocido.

Alrededor del año 40, el actual municipio valenciano de Liria, a apenas 15 kilómetros de la capital del Turia, vio nacer a un bebé que, años más tarde, se convertiría en el militar más condecorado del Imperio Romano. Tal fue su éxito, que estuvo a punto de llegar a gobernarlo.

El hombre en cuestión es Marco Cornelio Nigrino Curiacio Materno, natural de la por aquel entonces llamada Edeta, una antigua ciudad ibera que fue incendiada y abandonada tras el asalto sertoriano y que, junto a la colonia Valentia tuvo que ser repoblada, lo que le dejó un contundente poso romano. Perteneciente a la tribu Galeria, Nigrino fue hijo de Marco Cornelio Nigrino y Curiacia Materna, una familia pudiente cuyos recursos económicos provenían de la propiedad de minas de lapis specularis, un yeso traslúcido utilizado como cristal de ventanas.

Esa privilegiada posición le sirvió para alcanzar el Gobierno de Edeta, formando, además, parte de la Ordo Equester. Posteriormente, fue destinado a Britania como tribuno militar de la Legio XIV Gemina. Desde allí, Nigrino cultivó e incrementó sus logros en el campo de batalla, por lo que fue promocionado entre los años 63 y 69 a la frontera del río Danubio, donde el emperador Vespasiano le concedió el privilegio honorífico de Adlectio Inter Praetorios.

Destinado en Siria

No paró ahí su trayectoria, puesto que fue ascendido a legado, sirviendo en las VI y VIII Augusta en Germania y Aquitania, respectivamente. Fue en el año 83 cuando fue a Roma, ya como cónsul suplente, mientras que tan solo un año después se le designó gobernador de Moesia, cerca de lo que hoy día es Bulgaria. En esa zona su leyenda continúa imparable luchando contra los dacios, un pueblo guerrero en la actual Rumanía que llevaba años de conflictos con Roma por el dominio de la ribera del Danubio.

En torno al 89, ya tenía en su poder más condecoraciones que ningún otro militar del Imperio. En concreto, fue merecedor de dos coronas vallaris por ser el primero en asaltar un campamento enemigo, dos muralis tras haber hecho lo propio tras subir a una muralla enemiga, dos civiles por ser el primero en salvarle la vida a un compañero, dos navalis por serlo en abordar una nave enemiga, así como ocho estandartes.

Ruinas romanas en Liria, Valencia

Ruinas romanas en Liria, ValenciaTurismo Llíria

Con semejante hoja de servicios, Nigrino se convirtió en uno de los cinco senadores en conseguir todos esos reconocimientos a la vez. De hecho, uno de los que también lo consiguió era el propio Vespasiano. Igualmente, fue uno de los únicos senadores con tres consulados sin pertenecer a la familia imperial, aunque no pudo hacerse con el trono de Roma.

Ya con Domiciano, hijo de Vespasiano, en el poder, el edetano fue destinado a Siria como símbolo de la máxima lealtad que las autoridades tenían hacia él. En Oriente estuvo entre el 95 y el 97, año en que comienza de manera repentina su declive tanto en el terreno político como en el militar. Aunque las razones de esta brusca decadencia son confusas, la explicación más extendida apunta a que tienen que ver con la adopción de Trajano por el emperador Nerva. Asimismo, se cree que volvió a Edeta y que falleció en los últimos años del siglo I o en los primeros del II.

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