Armada El S-81 Isaac Peral se sumerge entre los diez submarinos más potentes del mundo
El S-81 Isaac Peral es un submarino convencional oceánico de nueva generación, con diseño español, que está siendo construido por Navantia en los astilleros de Cartagena y que ha entrado en la recta final para su entrega a la Armada: se espera que en el primer semestre de 2023 las Fuerzas Armadas españolas cuenten con un submarino que sea una verdadera punta de lanza militar.
El S-81 es un submarino altamente automatizado que tiene 80 metros de eslora, 7 metros de diámetro y cuenta con un desplazamiento en inmersión de unas 3.000 toneladas. Su velocidad en inmersión es superior a los 19 nudos (algo más de 35 kilómetros por hora), y tiene una cota máxima de inmersión mayor de 300 metros. Utiliza un sistema de control de plataforma de última generación de Navantia Sistemas, que permite ser operado por una tripulación reducida (32 marinos y 8 plazas para el embarque de personal adicional). Una de sus grandes novedades es el sistema de propulsión anaeróbica AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), que permite una autonomía en inmersión de hasta tres semanas, lo que hace que sea difícil de detectar.
Hasta aquí una breve descripción de la próxima joya de la corona de la Armada, a la que seguirán en próximo años el «Narciso Monturiol» (S-82), en diciembre de 2024; «Cosme García» (S-83), en octubre de 2026 y «Mateo García de los Reyes» (S-84), en febrero de 2028, si se cumplen las previsiones.
El S-81 irrumpe en un momento en el que grandes y potentes submarinos copan el ránking mundial de los más potentes. Un «top ten» en el que es muy difícil hacerse un hueco. A continuación, hacemos un recorrido por los más destacados en esta infografía:
Estados Unidos y Rusia se disputan el poderío militar en el ámbito de los submarinos, aunque China ha acelerado su carrera para estar en el podio. La clase Ohio cuenta con los submarinos más grandes de la Armada de Estados Unidos, de propulsión nuclear. El USS Ohio (SSGN 726) es el primero de su clase de submarinos de misiles balísticos y de misiles guiados. Para hacernos una idea de sus dimensiones, este gigante del mar tiene 171 metros de eslora frente a los 80 del S-81, casi el doble. Y desplaza 18.750 toneladas en inmersión frente a las 3.000 del futuro submarino español. Uno de estos submarinos, USS Georgia, cuarto de la clase Ohio, recaló el pasado mes de abril en Gibraltar.
La US Navy relata que, con el final de la Guerra Fría, los primeros cuatro submarinos de clase Ohio (Ohio, Michigan, Florida y Georgia) estaban programados para ser dados de baja a principios de la década de 2000. Los otros 14 permanecerían en servicio con el misil Trident II D-5. «Pero se estaba trabajando en otro plan: utilizar el versátil marco marino de Ohio para transportar Tomahawks u otras cargas útiles en lugar de misiles balísticos. El resultado serían cuatro plataformas capaces de soportar misiones de ataque o de guerra especial en todo el mundo».
Según ese plan, se reconfiguraron 22 tubos de lanzamiento Trident para transportar recipientes que contenían siete Tomahawks cada uno, para un total de hasta 154 misiles, o armas o equipos de operaciones especiales. Los otros dos tubos de lanzamiento se convirtieron en cámaras de bloqueo, lo que permitió el embarque y despliegue de fuerzas de operaciones especiales como los Navy SEAL. El USS Lousiana (SSBN 743) es el decimoctavo y último submarino de la clase Ohio de submarinos de misiles balísticos.
Los submarinos rusos de la clase Óscar 2 no le van a la zaga. Estos buques de ataque de propulsión nuclear tienen 155 metros de eslora, con un desplazamiento algo mayor que la clase Ohio de Estados Unidos (unas 16.500 toneladas en inmersión). Están armados con misiles crucero P-700 Granit. Originalmente, fueron construidos con el objetivo declarado de poder destruir portaaviones estadounidenses. No en vano los misiles que incorpora son denominados por la OTAN «Shipwreck».
La pérdida más grave de esta clase de submarino fue el K-141 Kursk, que se hundió en 2000 en un accidente que mantuvo en vilo a la opinión pública internacional, durante unas maniobras militares de entrenamiento realizadas por Rusia en el Mar de Barents tras el desmembramiento de la Unión Soviética. La tragedia dejó 118 marinos rusos muertos y el primer gran escándalo internacional que tuvo que afrontar de un recién ascendido Vladimir Putin al poder. Incialmente 23 de los marinos lograron sobrevivir a las dos explosiones que causaron el hundimiento. Pero su rescate fue imposible, entre otras cosas por la demora en la reacción de las autoridades rusas.
En cuanto a la clase Yasen, también rusa y también de propulsión nuclear, estos submarinos tienen 111 metros de eslora, más cerca ya del S-81 español. Desplazan 13.800 toneladas y puede descender hasta 600 metros de profundidad, casi el doble que el Isaac Peral. Está dotado de misiles 3M-54 Club (Kalibr) y Ónix.
Los submarinos británicos tienen un protagonismo indudable por otra parte. La clase Astute es una generación de submarinos de ataque de propulsión nuclear de la Royal Navy británica, los más grandes y avanzados con lo que cuenta Reino Unido. La propia Royal Navy saca pecho y resalta su capacidad para preparar y lanzar misiles Tomahawk IV. En una ocasión, dispararon con éxito 2 misiles desde el Golfo de México y alcanzaron con precisión los objetivos en el campo de pruebas en el norte de Florida. Tomahawk IV es la última versión del misil. «Tiene un alcance más largo que sus predecesores (mucho más de 1,000 millas), puede dirigirse a un nuevo objetivo en pleno vuelo y también puede transmitir imágenes del campo de batalla a su submarino madre», alardea la Royal Navy.
El HMS Astute, el primero de su clase, es el submarino líder en la flota de submarinos de ataque de la Royal Navy uno de los más avanzados del mundo. Desplaza 16.000 toneladas y tiene una tripulación de un centenar de personas. Al servicio de Su Majestad.