Fuerzas Armadas La Armada española, buque a buque
La Armada española afronta un proceso de modernización que la encamina a la vanguardia de las Fuerzas Armadas internacionales. Desde la construcción de los nuevos submarinos de la clase 80 a las nuevas fragatas inteligentes de la serie F-110, la Armada se adapta a los nuevos retos de la guerra electrónica, las tecnologías dotadas de inteligencia artificial, sistemas de combate en la nube o el cada vez más sofisticado armamento. El Ejército de Tierra, a través del programa Ejército 35, y el Ejército del Aire y del Espacio, se encuentran embarcados en procesos similares. Existe un estudio anual que elabora Global Fire Power, una consultora especializada en temas de Defensa, que sitúa a España en 2022 en el puesto 19 de un ránking de 140 países que mide la potencia militar a nivel mundial. Como punto de referencia, este análisis indica que, aunque no estamos mal situados, aún es necesario un gran impulso para situarnos en el pelotón de las diez primeras. Quizás contribuya a ello el incremento del gasto militar, hasta el dos por ciento del PIB, aprobado por el Gobierno tras la reciente cumbre de la OTAN.
Sea como sea, la Armada española se configura en la actualidad como un Cuerpo de gran potencia gracias a sus fragatas, buques anfibios, buques logísticos, patrulleros, cazaminas, buques de acción marítima... A continuación, hacemos un repaso a los principales elementos de toda esta capacidad militar, en función de la información oficial que facilita la Armada. El siguiente gráfico refleja, buque a buque, la composición actual de la Armada:
El L-61 Juan Carlos I es el mayor buque de guerra construido en España. Su denominación OTAN es LHD (Landing Helicopter Dock). Su capacidad aérea prevista es que pueda transportar y operar hasta 30 aeronaves entre helicópteros medios y pesados para operaciones anfibias, o bien entre 10 y 12 aviones F-35B o AV-8B+, más un número similar de helicópteros medios, cuando actúe con perfil de misión de portaaviones. Su Base Naval es Rota, en Cádiz, y se encuentra integrado en el Grupo-2 de la Fuerza de Acción Naval de la Flota.
A la espera de las innovadoras fragatas de la serie F-110, que ya han comenzado a construirse, la Armada española dispone de dos series: la F-80 (clase Santa María) y las F-100 (clase Álvaro de Bazán). Hoy por hoy existe cierta unanimidad en que la más potente y preparada es la que lleva el nombre del descubridor de América, Cristóbal Colón (F-105), una de las joyas de la Armada española y la más moderna.
Estas fragatas de la serie F-100, con base en el Arsenal Militar de Ferrol (La Coruña), incorporan un sistema de combate Aegis, el mismo que los destructores americanos con base en Rota para formar el escudo antimisiles, y están dotadas de capacidad para embarcar un Sikorsky SH-60B «Seahawk» con capacidad de lanzamiento de misiles Penguin y torpedos. El sistema Aegis funciona sobre la base de un radar SPY-1D, propio de buques tipo destructor o crucero, de mucho mayor desplazamiento. En estas fragatas se integran por primera vez en el sistema Aegis los sensores y armas nacionales que constituyen el resto del Sistema de Combate del buque.
En cuanto a los grandes buques anfibios, el Galicia y el Castilla, están diseñados para transportar tropas y vehículos y para operar con embarcaciones anfibias y con helicópteros, tal y como pone de manifiesto la Armada. La misión principal de los buques clase Galicia es llevar a cabo operaciones anfibias. Sus misiones incluyen también operaciones de mantenimiento de la paz y de ayuda humanitaria, mediante apoyo médico y quirúrgico, en catástrofes naturales. El Castilla sirve como buque de mando y actúa como buque de mando alternativo del Cuartel General del Mando Componente Naval. Sirve como plataforma de mando del Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad Español de la OTAN).
Por otra parte, los buques de aprovisionamiento Patiño y Cantabria proporcionan apoyo logístico operativo a una Fuerza Naval o a una Fuerza Expedicionaria. El buque también puede proporcionar apoyo logístico para ayuda humanitaria y defensa medioambiental. El ámbito geográfico de actuación es cualquier lugar del mundo, con la excepción de aguas polares. Para proporcionar apoyo logístico en el mar, el buque dispone de cinco estaciones de aprovisionamiento, dos por cada banda y una por la popa, por las que puede transferir líquidos y sólidos. Dispone además de una amplia cubierta de vuelo y un hangar que permite el trabajo de helicópteros de tipo medio y pesado.
Ysabel, gigante del mar
Hay que destacar la última gran adquisición de la Armada, el buque logístico Ysabel, un gigante con todas las innovaciones tecnológicas. El gran buque fue recibido por el Ejército el pasado mes de junio y los datos que aporta el Ministerio de Defensa dan idea de su enorme capacidad: unas 16.361 toneladas brutas, eslora de 149 metros, manga de 21 metros, 27 metros de altura y un calado de 5,2 metros. Cuenta asimismo con siete cubiertas y una tripulación de sesenta marineros, con seis oficiales y una capacidad de carga de más de un millar de vehículos militares y carros de combate. El 'Ysabel' está al servicio del Ejército de Tierra –propietario– pero es operado por la Armada.
Por lo que se refiere a los buques de acción marítima, están diseñado para llevar a cabo misiones militares contra amenazas militares, ya sea realizando tareas de «presencia, vigilancia o de neutralización». No obstante, el grueso de sus misiones se basan en las Operaciones de Seguridad Marítima.
Por otro lado, la 1ª Escuadrilla de Medidas Contra Minas (MCM) depende directamente del Comandante de la Fuerza de Medidas Contra Minas. Se encuentra integrada orgánicamente en la Flota y es parte de la estructura de la Fuerza de la Armada. Está constituida por seis cazaminas de la clase Segura y tiene su base en Cartagena.
Los buques de la 1ª Escuadrilla fueron construidos en dos series en los astilleros de Navantia en Cartagena. A la primera serie pertenecen cuatro cazaminas (Segura, Sella, Tambre y Turia) y dos a la segunda (Duero y Tajo). Su misión es la de contribuir a mantener abiertos al tráfico nuestros puertos principales y bases navales, así como posibilitar las operaciones anfibias, siendo por tanto su cometido principal la detección, localización, identificación y neutralización de minas. Está integrada plenamente en la OTAN.
España cuenta asimismo con patrulleros de cuatro clases: Descubierta, Serviola, Anaga y Toralla. En general efectúan operaciones de vigilancia y seguridad marítima en las aguas de soberanía nacional, velando por el cumplimiento de las leyes y convenios nacionales e internacionales en el ámbito marítimo. Estas operaciones incluyen la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal, la vigilancia y control del tráfico marítimo, la protección del medio ambiente, la vigilancia de pesca y la protección del patrimonio arqueológico subacuático.
En este recorrido por los efectivos de nuestra Armada no puede faltar una referencia al Hespérides, el Buque de Investigación Oceanográfica (BIO), el único buque español diseñado para efectuar investigación científica multidisciplinar en todos los mares y océanos del planeta. «Es, de hecho –dice la Armada en su descripción–, el primer buque español que ha realizado campañas científicas en ambos Océanos Glaciales, hito acaecido en el verano del año 2007 cuando, auspiciado por la ONU, se celebró el Año Polar Internacional y se llevó a cabo la primera Campaña en el Ártico».
La actividad principal del buque se centra en los veranos australes, durante los cuales realiza campañas científicas en la Antártida y proporciona el soporte logístico necesario a las dotaciones de las Bases Antárticas Españolas (BAE) «Juan Carlos I» y «Gabriel de Castilla», proporcionando combustible, material para el funcionamiento vital de las instalaciones, y los víveres necesarios en las distintas escalas programadas. El resto del año su actividad se extiende por todos los océanos y mares del planeta, principalmente Atlántico, Pacífico y Mediterráneo, prestando apoyo a todo tipo de campañas científicas.
No puede faltar una mención al buque-escuela Juan Sebastián de Elcano. Es uno de sus buques más emblemáticos y simbólicos. Fue en 1928 cuando inició su andadura con los Guardias Marinas qué cursaban sus estudios en la Escuela Naval Militar. Como establece la Armada, según el plan de estudios actual de la Escuela Naval Militar, los Guardias Marinas embarcan en el Juan Sebastián de Elcano durante el segundo semestre del cuarto curso, en cuyo período realizan un Crucero de Instrucción. «Como Crucero estándar se puede considerar un viaje a América de 6 meses, de unas 20.000 millas de recorrido y 155 singladuras. Al terminar el viaje los Guardias Marinas del Cuerpo General son promovidos a Alféreces de Fragata, y los de Infantería de Marina a Alféreces».
Por supuesto, resulta inevitable no referirnos a los futuros submarinos de la serie 80, que multiplicarán la capacidad naval de la Armada. Los cuatro buques de la clase S-80 presentan unas innovaciones tecnológicas de última generación y están dotados de sofisticados sistemas de navegación y de combate.
Por ejemplo, contará con propulsión anaeróbica AIP, un complejo sistema que consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno. El sistema proporciona una autonomía independiente de la atmósfera de hasta tres semanas. O un sistema de combate desarrollado por Navantia Sistemas en colaboración con Lockheed Martin, con capacidad de lanzar misiles tácticos de ataque a tierra. O los componentes clave suministrados por Indra como un innovador radar y todo el sistema de contramedidas, simuladores tácticos y de plataforma. Por no hablar de sus ocho mástiles de tecnología punta, de sus generadores diésel o de su modernísima y amplia gama de sónares.