
Soldados ucranianos se instruyen con el Ejército de Tierra en Toledo
Prepararse para la guerra contra Rusia en 50 días: los civiles ucranianos que forma el Ejército español en Toledo
Unos 200 reclutas ucranianos, sin ningún conocimiento militar previo, se instruyen durante siete semanas en España para tratar de sobrevivir en el frente
La guerra en Ucrania avanza por dos caminos paralelos, el diplomático y el militar. Mientras en la esfera política se negocia un alto el fuego total por tierra, mar y aire, auspiciado por Estados Unidos, en el campo de batalla las armas no callan. Los combates cuerpo a cuerpo se recrudecen y los bombardeos siguen matando a civiles prácticamente a diario. A más de 3.000 kilómetros del frente, en la Academia de Infantería de Toledo, un grupo de 200 ucranianos se entrena junto con soldados españoles durante siete semanas. A lo largo de 50 días, estos reclutas –civiles sin ningún tipo de conocimiento previo– aprenden desde cómo sujetar un arma y disparar, pasando por el combate en trinchera, hasta primeros auxilios, con el único objetivo de sobrevivir y hacer frente al invasor ruso.
«La evolución es bastante buena y rápida. Sorprende que en siete semanas sean capaces de adquirir tantos conocimientos», explica el sargento y jefe de Pelotón, José María Baños Compán Morales. Este militar español, agregado a una sección de Infantería de la Legión de Ceuta y encargado de ofrecer una instrucción más individualizada al personal ucraniano, reconoce que, al principio, lo que más les cuesta es que actúen como si se tratara de una amenaza real, en definitiva, «que se pongan en la situación de cuando tengan un enemigo». La formación de los ucranianos se ha ido adaptando a las necesidades y a la realidad en el campo de batalla. Tras más de tres años de invasión rusa, ahora, lo que más piden es «trinchera y drones», señala el teniente coronel José Luis Roberto Hernández.
«Quieren combatir en trinchera ofensiva y defensiva», asegura el teniente coronel. Para ello, en el campo de prácticas de la Academia de Infantería han preparado una serie de trincheras donde los uniformados ucranianos aprenden a construir y cavar los fosos, viven 24 horas en su interior, simulan ataques cuerpo a cuerpo y hacen uso de aviones no tripulados. El zumbido inconfundible del dron acompañará a los soldados desde Toledo al frente. Estos artefactos, en ocasiones imperceptibles para el ojo humano, amenazan a los uniformados día y noche, por ello los soldados deben aprender a ser invisibles, habilidad de la que depende su vida y que también entrenan en la capital castellanomanchega.

Una recluta ucraniano maneja un dron en la Academia de Infantería de Toledo
Durante 24 horas, a lo largo de siete semanas, ucranianos y españoles conviven en la Academia de Infantería de Toledo. No existen los domingos ni las fiestas. Todos los días hay actividades. Las normas son muy claras y se recomienda que se guarden las distancias y no confraternicen. Sin embargo, esta quizás sea la tarea más difícil para los uniformados españoles. El capitán Ignacio Romay Ventas, jefe de la Unidad de Formación Básica, confiesa que esta misión conlleva una «carga emocional fuerte». «Es difícil mantenerse al margen de las situaciones personales [de los ucranianos]», recalca. Aún así, el soldado insiste en que se les intenta animar y apoyar en todo lo necesario.
«Intentamos que mantengan la distancia, pero es prácticamente imposible», confiesa el teniente coronel Roberto y jefe de la Unidad de Formación de Combate. Roberto cuenta que durante la formación han tenido que hacer frente a situaciones dolorosas, como cuando, a miles de kilómetros de distancia de sus hogares, los reclutas ucranianos reciben la terrible noticia de que un familiar ha fallecido en un ataque aéreo ruso o ha caído en combate. Para ayudarlos a pasar el duelo, en el Toledo Training Coordination Center (TTCC) cuentan con un equipo de psicólogos y un páter ucraniano que todos los fines de semana, de manera desinteresada, ofrece misa.

Reclutas ucranianos en el campo de tiro en la Academia de Infantería de Toledo
Por motivos de seguridad no se nos permite hablar con los soldados en formación o grabar sus caras. Este domingo, 23 de marzo, los ucranianos pusieron fin a sus siete semanas de entrenamiento junto con los uniformados españoles y ya se encuentran desplegados en algún punto del frente. En tan solo 50 días han pasado de ser civiles a soldados que luchan por su país contra uno de los mayores ejércitos del mundo. El compromiso que asume el Ejército de Tierra es máximo. «Es una gran responsabilidad saber que dependen de ti», reconoce el teniente coronel que asume que en tan poco tiempo solo pueden aspirar a instruirse hasta nivel pelotón.
«Son civiles de la calle, les cogen y les ponen uniforme», explica Roberto que, puntualiza, «incluso los vestimos nosotros». Tras más de tres años de invasión rusa, muchos de los ucranianos que llegan a Toledo ya no son voluntarios, pero los españoles explican que esto no ha influido en su actitud y dedicación. «Todo el mundo se termina adaptando, al fin y al cabo saben que lo hacen por su país y por su gente», remacha el soldado José Manuel Peregrina Torrejón.
La Misión de Asistencia Militar de la Unión Europea en Apoyo a Ucrania (EUMAM UA) comenzó en noviembre de 2022, diez meses después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala contra el país vecino. Desde entonces, por Toledo han pasado ya unos 7.000 reclutas ucranianos que, además de aprender de los españoles, también han dado alguna lección a nuestro Ejército.

Soldados ucranianos se instruyen con el Ejército de Tierra en Toledo
En Toledo, un nuevo grupo de ucranianos ya se forma junto a los españoles. Por delante les espera siete intensas semanas en las que aprender todo lo necesario para sobrevivir y poder defender a su país del invasor ruso. Su vida depende de lo que consigan extraer de estos 50 días, donde pasan, de un día a otro, de ser civiles a soldados que estarán en primera línea del frente.
Las esperanzas en un alto el fuego crecen, sobre todo tras la reunión de este lunes entre una delegación de Estados Unidos con representantes rusos y ucranianos que concluyó con una tregua energética y en el mar Negro. Los desplegados en España, sin embargo, prefieren mantenerse al margen de las noticias.