Ejército del Aire Airbus A-400M, un mastodonte del aire que engulle cazas, helicópteros o excavadoras
Agosto de 2021. El capitán Álex Álvarez del Ejército del Aire se encuentra de vacaciones cuando recibe una llamada. La orden es dirigirse a la base área de Zaragoza. Poco después, Álex pilotaba un A-400M con destino a Kabul. En plena retirada de Estados Unidos de Afganistán, el objetivo de su misión es rescatar a diplomáticos españoles y civiles afganos que habían trabajado para las naciones aliadas. La situación que se vive allí es caótica, con la ciudad en llamas y miles de personas intentando huir de los talibanes. Las imágenes de aquellos difíciles días dieron la vuelta al mundo. Un atentado suicida en el aeropuerto de Kabul mata a más de 180 personas, incluidos 13 soldados estadounidenses. El miedo y la confusión se apoderan de la zona.
En aquel dantesco escenario, el A-400M se ganó la confianza del capitán Álvarez. «Para mí, Kabul ha sido un antes y un después con el A-400M. Te puede gustar mucho un avión, pero hasta que no te saque de un apuro y te demuestre su valía, no puedes decir que es tu avión». El A-400M afianzó en aquellos complicados días su imagen de fortaleza y potencia.
El A-400M es un avanzado avión que puede transportar en su inmensa bodega de carga equipo de las fuerzas armadas que ya no cabe en los aviones tácticos de generación anterior: un helicóptero pesado, un vehículo de combate de infantería o una excavadora, por ejemplo. Airbus lo resume así: «Un avión que puede hacer el trabajo de tres». Para hacernos una idea con casos concretos, puede transportar un helicóptero Chinook, NH90 o CH-47 o un vehículo pesado de combate de infantería. También puede transportar un camión logístico pesado, un bote de rescate o grandes dispositivos de elevación, como excavadoras o grúas móviles necesarias para ayudar en el socorro en casos de desastre. El alcance del avión sin carga es el equivalente a un vuelo directo Zaragoza-Las Vegas, lo que da idea de su fortaleza. capaz de aterrizar prácticamente en cualquier lugar. Además, es destacable que puede aterrizar prácticamente en cualquier aeródromo, con pistas de aterrizaje sin pavimentar, pistas cortas, espacio limitado para estacionar o maniobrar y sin instalaciones terrestres, condiciones que presentan severas limitaciones para cualquier avión de transporte táctico.
La cabina de vuelo de la cabina está ubicada en la parte delantera del fuselaje, lo que permite que gran parte del espacio interno está reservado para la carga. Su capacidad estratégica es muy potente: dispone de cuatro motores turbohélice EuroProp International (EPI) TP 400. Esto significa que el A-400M tiene la capacidad de volar distancias de hasta 8.900 kilómetros, y alcanzar una velocidad de hasta Mach 0,72. Incluso puede volar hasta 40.000 pies/12.200 metros para operaciones especiales. De esta manera, el avión puede volar por encima del mal tiempo y evitar las turbulencias que se encuentran en altitudes medias.
Por otra parte, según señala Airbus, el A-400M es el único avión cisterna que puede reabastecer toda la gama de aviones militares equipados con sonda a las velocidades y altitudes preferidas. Esto se extiende a los helicópteros. Una particular seña de identidad es que puede volar tanto a baja velocidad como a baja altitud para repostar a las aeronaves más lentas, así como a velocidades más altas y altitudes de 7.600 metros. Esto permite repostar aviones de reacción rápidos, incluidos cazas como el Eurofighter o aviones más grandes, como el C-295, o incluso otro A-400M para repostar con compañeros. En el caso del Ejército del Aire español, se ha validado la capacidad de Reabastecimiento en Vuelo (AAR) con el Eurofighter-2000 y el F-18, por lo que «rutinariamente» se realizan también este tipo de misiones.
El A-400M ha sido diseñado bajo tres premisas de combate: baja detectabilidad, baja vulnerabilidad y alta capacidad de supervivencia. En este sentido, las medidas de autoprotección incluyen una cabina blindada, parabrisas resistentes o el uso de gas inerte en los tanques de combustible. Pero también incluyen chaff y bengalas, contramedidas utilizadas por aviones y helicópteros militares para ayudar a evadir un ataque con misiles por parte de un avión enemigo. Sus turbohélices EPI TP 400 tienen una huella infrarroja mínima, cuenta con controles de vuelo fly-by-wire de alta respuesta y cuatro computadoras de control independientes.
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Este coloso del aire empezó a construirse en la planta de EADS de Sevilla (accionista principal de Airbus Military) en octubre de 2006. El 26 de junio de 2008 se celebró la presentación mundial del primer A-400M construido. La ceremonia estuvo presidida por el Rey Juan Carlos I. El primer vuelo de A-400M se produjo el 11 de diciembre de 2009. El 17 de noviembre de 2016 Airbus hizo entrega del primer A-400M al Ejército del Aire, y el 1 de diciembre de 2016 éste se incorporó al Ala 31 en la Base Aérea de Zaragoza, donde fue sustituyendo paulatinamente al C-130 Hércules hasta su baja a finales de 2020.
El Ejército del Aire español considera que la adquisición de este avión supone un salto tanto cualitativo como cuantitativo. Por una parte, la capacidad de carga se ha duplicado respecto al C-130, mientras que las distintas configuraciones que puede adoptar la aeronave le permiten operar en una amplia variedad de escenarios. Por otra parte, algo en lo que se hace especial hincapié es la vanguardia tecnológica. En particular, merece especial valoración la cabina de cristal o glass cockpit, las pantallas multifunción y el sistema fly-by-wire (sistema que reemplaza los controles de vuelo manuales convencionales por un moderno sistema de última tecnología).
Rumores de cancelación de pedidos
Hay que señalar que a mediados del pasado mes de marzo se supo que España podría cancelar algunos de los pedidos remanentes del Airbus A-400M, según informó la agencia Reuters citando fuentes de la industria europea de defensa. Los rumores de este posible recorte (España pidió 27 y se han entregado 14) no fueron confirmados ni desmentidos ni por el Ministerio de Defensa ni por la empresa. El principal argumento esgrimido sería que el mando aéreo considera que no necesita esos aviones adicionales, que se ensamblan en España. Sea como sea, y al margen de cómo se sustancie ese rumor, lo cierto es que este mastodonte del cielo se ha convertido ya en un instrumento clave de la estrategia de las Fueras Armadas españolas.