Natalidad en Galicia: un problema a resolver

La tasa de natalidad de Galicia se mantiene en la senda decreciente. Durante el primer semestre del año pasado nacieron 6.475 bebés, según los datos proporcionados por I.G.E (Instituto Gallego de Estadística).

Récord negativo, que supera, incluso, el anterior en el 2022, cuando el número de nacimientos durante los seis primeros meses de ese año se situaba en 6.892 nacimientos. Esta situación se mantuvo en el último trimestre del 2023, abril, mayo y junio, en el que Galicia sumó un total de 3.431 recién nacidos.

Datos negativos para Galicia, que rompe el suelo demográfico a la baja, situándola como la tercera Comunidad Autónoma con la tasa de fecundidad más baja de España, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), tras Canarias y Asturias.

Pérdida de población

La tasa de crecimiento total en Galicia es negativa. El pasado año nacieron alrededor de 700 bebés menos que hace una década, lo que supone una pérdida de población de un 4 %, según los datos que desprende el último informe sobre la Cohesión en la Unión Europea. La Coruña es la tercera provincia con mayor pérdida poblacional, con un 1,30 %, Orense y Lugo presentan la peor cifra con un 7,7 % y un 6,7 %, respectivamente de reducción; mientras que Pontevedra es la provincia que mejores datos arroja con un 0,81 %. Cifras que reflejan la pérdida de población en Galicia.

Medidas de la Xunta

La Ley de impulso demográfico aprobada por la Xunta de Galicia, y la adaptación de medidas como la Tarjeta Bienvenida, para comprar en farmacias, parafarmacias, supermercados, tiendas de alimentación, etc., o de Cuidado, para cubrir las necesidades de conciliación de la vida personal, familiar y laboral; o la prestación económica de pago único; que variará según el número de hijos; son algunas de las líneas de ayudas implementadas por la Xunta de Galicia, con la que intentan frenar esta caída libre de los nacimientos en la Comunidad Gallega.

A pesar de estas políticas de ayuda, hay factores que hacen inevitables el descenso de la tasa de natalidad. Y es que la vida, se ha vuelto demasiado cara. La subida de la cesta de la compra, que incrementa el coste de la vida, la inestabilidad laboral, y consecuentemente el desempleo, que retrasa la maternidad, la inseguridad económica, el aumento de separaciones, el envejecimiento de la población, relacionada directamente con el descenso de la natalidad o la pérdida de poder adquisitivo son algunas de las causas que hacen que, cada vez más, las parejas se piensen más el hecho de formar una familia.