Peregrinos por su paso por Redondela (Pontevedra)Olaia

¿Por qué el Camino Portugués por la Costa es tendencia entre los peregrinos?

Más de 46.000 personas han elegido esta ruta en lo que va de año

El Camino Portugués por la Costa está alcanzando un nuevo hito en popularidad, con cifras de afluencia que están a punto de superar las de todo el 2023, marcando un récord histórico para esta ruta jacobea en constante crecimiento.

Hasta el 20 de agosto, 46.690 peregrinos ya han recogido su compostelana tras recorrer la ruta que atraviesa Vigo, lo que representa un aumento del 46 % en comparación con el total anual de 52.754 personas en 2023, según datos de la Xunta de Galicia.

Este camino se ha consolidado como la tercera ruta más transitada, solo superada por el Camino Francés y el Portugués tradicional.

Una ruta con muchos atractivos

El Camino Portugués hacia Santiago de Compostela cruza Galicia por Tui, pasando por localidades como Porriño, Redondela, Caldas de Reis y Padrón. Desde allí, el camino avanza hacia la antigua ciudad de Iria Flavia antes de llegar a Compostela. Otra opción es el Camino Portugués por la Costa, que entra en Galicia por A Guarda, pasa por Baiona y Vigo, y se une a la ruta principal en Redondela.

Independientemente de la ruta que se elija, ya sea por la costa o por el interior, el Camino Portugués ofrece un recorrido lleno de paisajes impresionantes, tradiciones y cultura. Los viñedos de las Rías Bajas, las islas atlánticas, la gastronomía y los pueblos con encanto por los que discurre esta ruta destacan entre sus atractivos.

En Galicia, el Camino Portugués de la Costa se extiende a lo largo de, aproximadamente, 162 kilómetros hasta la emblemática ciudad de Santiago de Compostela. Este trayecto se divide en ocho etapas, en las que los peregrinos tienen la oportunidad de sumergirse en una travesía que une la costa gallega con el Camino Portugués interior, al llegar a Redondela.

La Catedral de Santiago vista desde el parque de la AlamedaOlaia

A Guarda, inicio de esta ruta en Galicia, es un pueblo costero que presume de un mirador natural que ofrece vistas panorámicas de la desembocadura del rio Miño y del Océano Atlántico; el Monte de Santa Tecla. Este monte no solo ofrece vistas espectaculares, sino también un valioso yacimiento arqueológico. Los restos castreños y romanos, junto con petroglifos y una ermita del siglo XX, resaltan su importancia histórica.

Además en su paso por la localidad de Oia se puede observar una joya arquitectónica como es el monasterio de Santa Maria de Oia.

El Cabo Silleiro es otro de los atractivos de esta ruta. Además de por la belleza del paraje, desde hace poco existe otro motivo más para parar en su antiguo Faro. Y es que en él, se puede degustar lo mejor de la gastronomía de la zona al ser convertido en una 'taberna con sabor a Atlántico'.

En Baiona, otro de los pueblos costeros de gran belleza por los que discurre la ruta, es imprescindible la visita al Castillo de Monterreal, ahora convertido en un Parador de Turismo, que resistió ataques de piratas históricos como Francis Drake. Además, esta localidad fue el primer lugar en España donde arribó la Pinta tras el viaje de Colón a América, y se puede ver una réplica en el puerto.

Vigo es otra de las paradas obligatorias en el Camino Portugués por la Costa al igual que Redondela, siendo en esta localidad donde ambos Caminos Portugueses se unen. Este tramo, permite al peregrino disfrutar de la Isla de San Simón y degustar especialidades locales como los chocos en su tinta. Redondela marca un punto de transición hacia el tramo que se aleja de la costa, dirigiéndose hacia Pontevedra.

En el trayecto hacia Pontevedra, se pasa por Arcade, famosa por sus ostras hasta alcanzar la ciudad que ofrece atracciones como la iglesia de la Peregrina, con su distintiva forma de vieira. También se pasa por Caldas de Reis, donde relajarse en sus aguas termales y por Padrón, en donde disfrutar de sus famosos pimientos hasta alcanzar Santiago de Compostela.

La entrada a Santiago se realiza desde el sur, atravesando la Alameda y la rúa do Franco, la mejor calle para ir de tapas, antes de llegar a la Plaza del Obradoiro, donde culmina el peregrinaje con la visita a la majestuosa Catedral de Santiago.