Una tapa de "pulpo á feira"

Una tapa de «pulpo á feira»Turismo de Galicia

El secreto de las pulpeiras para conseguir el mejor 'pulpo á feira' no está en los ingredientes

Existen pequeños trucos en su preparación que marcan la diferencia

El pulpo es uno de los platos más representativos de la cocina gallega, y aunque existen diversas formas de prepararlo, el 'pulpo á feira' y el pulpo a la gallega son las más comunes. La principal diferencia entre ambos radica en si se acompaña o no de patatas cocidas, conocidas como cachelos.

A pesar de su sencillez, este plato que tanto puede servir como aperitivo o como plato principal es sumamente sabroso. Se trata de cocer el pulpo y servirlo con una mezcla de sal, pimentón y aceite de oliva. Existen pequeños trucos en la preparación del pulpo que marcan la diferencia y nada tienen que ver con los ingredientes.

Esta es la clave para un pulpo sabroso

El pulpo á feira se diferencia de otros platos similares por su preparación y los detalles que, a pesar de su aparente simplicidad, hacen de este plato un manjar exquisito.

En primer lugar, se utiliza un pulpo fresco, de calidad, preferiblemente de las aguas gallegas, que se cocina en agua sin sal, un paso que resalta la delicadeza del sabor del cefalópodo.

Tras el hervor, el pulpo se corta a tijera, nunca a cuchillo, y se adereza con sal gruesa, pimentón dulce y un buen aceite de oliva virgen extra.

Muchos piensan que el truco de las pulpeiras gallegas para lograr un pulpo perfecto está en los ingredientes o el punto de cocción, y aunque es parte del éxito del plato, la realidad es que un utensilio juega un papel clave: los platos de madera.

Por supuesto, aunque la tabla de madera es fundamental, no hay que subestimar la importancia de la cocción del pulpo. El pulpo debe ser tierno, pero no excesivamente blando.

El tiempo de cocción dependerá del tamaño del pulpo y debe cocinarse sin prisas.

¿Por qué tienen que ser de madera?

Los platos en los que se sirve el pulpo suelen ser de madera de pino, y para un gallego, servir el pulpo á feira en cualquier otro tipo de plato sería casi una blasfemia.

Las tablas de madera, a diferencia de otros materiales como cerámica o metal, tienen propiedades que contribuyen al éxito de este plato.

Antes de cortar el pulpo, estos platos se empapan con el agua de su cocción, lo que ayuda a mantener el calor del cefalópodo por más tiempo a la vez que evita que el aceite del aliño se absorba.

El origen de la tradición de servir el pulpo en platos de madera viene de tiempo atrás. Y es que no hay que olvidar que la venta del pulpo era ambulante.

Un oficio que antaño era mayormente desempeñado por mujeres que viajaban de pueblo en pueblo en carros tirados por animales con el consecuente trajín sufrido por los utensilios. Y esta era una de las razones por las que se necesitaban materiales resistentes.

Además de todas estas ventajas prácticas, la madera también tiene un impacto en el sabor. Cuando la tabla se empapa con el agua de cocción, permite que el aceite y el pimentón se mezclen en su superficie, creando una salsa sabrosa que se adhiere al pulpo y es perfecto para mojar pan, un gesto muy común entre los gallegos.

El pulpo á feira es un ejemplo de cómo una receta sencilla puede esconder secretos que marcan la diferencia. El uso de un plato de madera, junto con la calidad del pulpo y la precisión en su cocción, son los elementos esenciales que garantizan que este plato sea una delicia.

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