
Pulpo
La razón por la que los gallegos no beben agua cuando comen pulpo
El acto de acompañarlo con un buen vino forma parte de la experiencia de disfrutar de este plato en Galicia
Las tradiciones gastronómicas están llenas de normas no escritas que, con el tiempo, acaban convirtiéndose en costumbres. En Galicia, una de las más arraigadas es la de no beber agua mientras se come pulpo.
Una práctica que se suma a otras creencias populares, como la de tomar un vaso de leche después de comer marisco para no sufrir problemas digestivos. Para entender estos hábitos hay que retroceder en el tiempo hasta llegar a su origen.
Esta es la razón para evitar beber agua
Hoy en día, los productos del mar llegan frescos o congelados a cualquier parte del mundo, pero en el pasado era necesario recurrir a métodos de conservación como la salazón o el secado. En Galicia, el pulpo que se capturaba en su costa se secaba para su transporte y venta en zonas del interior, donde se comercializaba en ferias y mercados, como la de Carballino, en Orense.
Después, para cocinarlo era necesario hidratarlo antes de la cocción, lo que hacía que recuperara gran parte de su volumen original. Y es precisamente este proceso el germen de la idea de que, si el pulpo se hinchaba en contacto con el agua, algo similar podía ocurrir en el estómago si se bebía agua después de comerlo.Aunque no existe ninguna evidencia científica que respalde esta teoría, el temor a posibles molestias digestivas llevó a evitar el agua como acompañamiento del pulpo.
Un maridaje tradicional: el vino gallego
El pulpo á feira es uno de los platos más icónicos de la gastronomía gallega. Cocido en grandes ollas de cobre, cortado en rodajas y servido en platos de madera con sal gruesa, pimentón y aceite de oliva, es un manjar que se disfruta especialmente en ferias y romerías.
Esta receta siempre ha estado ligada al vino, cerveza o incluso refrescos para los niños. Si bien la tradición popular dicta que el pulpo se acompaña con vino tinto joven, lo cierto es que, desde el punto de vista del maridaje, un vino blanco fresco es la mejor opción.
Y como de esto saben bien por tierras gallegas, un Albariño (D.O. Rías Bajas) se convierte en una buena opción por su acidez y notas cítricas que ayudan a equilibrar la grasa del aceite y a realzar el sabor del pimentón.
Un Godello (D.0 Valdeorras) es otra de las opciones por ser un vino más estructurado y con más cuerpo o el Mencía (D.0. Ribeira Sacra) que es el tinto más consumido con este plato por tradición y porque su sabor afrutado no interfiere demasiado en el sabor del pulpo.
A día de hoy, sabemos que beber agua con el pulpo no provoca ningún problema digestivo. Sin embargo, la gastronomía no es solo una cuestión de ciencia, sino también de cultura, costumbres y preferencias.
Más allá de la lógica, el acto de acompañar el pulpo con un buen vino forma parte de la experiencia de disfrutar de este plato en Galicia.