La lucha entre los Franco y la Xunta por la Casa Cornide, el palacete que acabó en manos de Carmen Polo
La Casa Cornide es una noble edificación de estilo tardobarroco, cosmopolita y afrancesado, sin apenas precedentes en Galicia
En mayo del pasado año el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicaba la oficialización de la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) la Casa Cornide, una mansión señorial de estilo barroco que acabó en manos de la familia Franco en el año 1962.
Fue en el año 2018 cuando el Ayuntamiento de La Coruña pidió al Consejo de Memoria Democrática que analizase la situación y la posesión por parte de la familia. Dos años más tarde, el concello inició los trámites para que la construcción pasase a formar parte de la lista de Bienes de Interés Cultural, consiguiéndolo el pasado año.
Desde entonces se desarrolló una lucha legal entre la familia Franco y la Xunta para que los propietarios cediesen el edificio y pudiese destinar al interés común.
Si acudimos al DOC, se puede leer como en base al la Ley de patrimonio cultural de Galicia se pasaba a definir el monumento como «la obra o construcción que constituye una unidad única reconocible de relevante interés artístico, histórico, arquitectónico, arqueológico, etnológico, industrial o científico y técnico».
Sin embargo, los Franco defienden su inmueble y aseguran que los propietarios continúan usando la vivienda por lo que se niegan a que pueda tener un uso público.
Por su parte, el nuevo conselleiro de Cultura, José López Campos anunció que «después de un expediente administrativo y de un informe de Patrimonio Cultural, se les ha dicho que tienen que cumplir la legislación y por tanto tienen que abrir cuatro días al mes».
La Casa Cornide
La Casa Cornide se encuentra en la Ciudad Vieja de La Coruña, que cuenta con la consideración de conjunto histórico declarado bien de interés cultural, y frente a uno de sus monumentos más representativos, la Colegiata de Santa María del Campo, en torno a la cual se configura, en esta parte alta de la ciudad antigua, una trama urbana que caracteriza uno de los espacios más reconocibles del conjunto.
En el lugar que ocupa actualmente la Casa Cornide había una edificación anterior en la que residieron los miembros principales de la familia Folgueira-Cornide y en la que realmente nació el 25 de abril de 1734 el ilustre polígrafo coruñés José Andrés Cornide Folgueira y Saavedra.
Aunque se desconoce la configuración de este inmueble primitivo, su posición como dominio urbano, con su fachada principal a la calle de Damas y sus laterales hacia las calles Veeduría y Puerta de Aires, indica la importancia del edificio. Este enclave era vital para la ciudad vieja por ser centro residencial de la clase alta urbana de La Coruña, por servir de cierre al atrio de la Colegiata de Santa María, con la que la casa mantiene un vínculo religioso y social, y por su proximidad a Puerta de Aires, uno de los accesos más frecuentados y muy próxima al viejo palacio de los marqueses de Montaos, en el que se instaló la Veeduría del Ejército.
La Casa Cornide es una noble edificación de estilo tardobarroco, cosmopolita y afrancesado, sin apenas precedentes en Galicia, que precisaba para su construcción de un prestigioso arquitecto y con buena formación, capaz de materializar un edificio único entre los otros edificios residenciales existentes en la ciudad.
Todas las investigaciones apuntan a que el autor del proyecto debió ser un ingeniero militar que trabajó en La Coruña en las décadas centrales del siglo XVIII, formando modelos de arquitectura gala, conocedor de sus tratados de arquitectura y, posiblemente, de origen francés. Si bien es cierto que estos ingenieros tenían unos compromisos profesionales con la Corona que les impedían realizar obras de particulares, era necesario un constructor experto, un maestro de obras que diese forma real a este proyecto sofisticado de complejas formas rococó con esquinas curvas en los muros, las formas sinuosas de la cornisa, los vanos de formas segmentadas y guardapolvos curvilíneos y las repisas ondulantes de piedra que sostienen los cuerpos volados de los balcones.
Fue en 1962 cuando la Casa salió a subasta y es adquirida por el empresario Pedro Barrié por un precio de 305.000 pesetas. Barrié fue quien la cedió a Carmen Polo, mujer de Francisco Franco.