Choque político entre Deportivo y Ayuntamiento de La Coruña: las claves del conflicto por el uso de Riazor
El club suspende la celebración en María Pita tras el ascenso a Segunda División y la alcaldesa avisa que no va a «regalar el estadio a un banco»
Hay tres lugares emblemáticos en los que el Deportivo de La Coruña celebra sus grandes hazañas: el estadio de Riazor, la fuente de Cuatro Caminos y la plaza de María Pita. Tras cuatro años de penuria en una categoría de fútbol aficionado, el conjunto blanquiazul logró el tan ansiado ascenso a Segunda División el pasado fin de semana al vencer al filial del Barcelona y miles de aficionados lo festejaron en los primeros dos emplazamientos. La fiesta debía continuar este lunes en el tercer punto de la lista, pero no ocurrió así.
En la plaza que está presidida por la Casa Consistorial y por una estatua de la heroína local no había rastro de ningún festejo hace 48 horas. De hecho, la única referencia deportivista que había se encontraba en los edificios de viviendas de este enclave, en los que se podían divisar hasta seis banderolas del equipo coruñés. Ninguna de ellas lucía en la fachada del Ayuntamiento, que presentaba su aspecto cotidiano. En otros momentos claves del Dépor, como la celebración de ascensos o la consecución del título de Liga, en este espacio el Gobierno local instalaba una gran lona con los colores blanco y azul que no pasaba desapercibida.
«¿Hoy no es el recibimiento del Deportivo?», preguntaba una persona que paseaba por los soportales de la plaza sobre las 19.30 horas del lunes. En ese momento del día estaba previsto, inicialmente, que se realizase la tradicional recepción municipal a los jugadores del club blanquiazul y que se asomasen a los balcones del inmueble para celebrar el ascenso de categoría con miles de hinchas que debían abarrotar los alrededores. Nada de esto pasó. ¿El motivo? Una horas antes la entidad blanquiazul hizo público un comunicado en el que indicaba que «en estos momentos queda suspendida cualquier visita institucional a la espera de la solución de todas las solicitudes realizadas en los últimos tres años» y en el que alerta que considera que la relación actual entre el RC Deportivo y el Ayuntamiento no es la idónea para celebrar una visita de estas características”.
Ese mismo día la plantilla, el cuerpo técnico y la directiva sí acudieron a la Diputación y a la sede central de Abanca, propietaria del equipo. En esta última fueron recibidos por el presidente del banco, Juan Carlos Escotet, que abrazó uno por uno a todos los miembros de la expedición.
Poco después los medios de comunicación recibieron una explicación más detallada: «Desde hace más de tres años el Real Club Deportivo está solicitando al Ayuntamiento de La Coruña la ampliación del convenio sobre el uso del estadio Abanca-Riazor. Este acuerdo es imprescindible para garantizar el futuro del club en la categoría de plata del fútbol español».
El convenio vigente por el uso de este equipamiento de titularidad municipal termina en 2025 y las negociaciones para su utilización siguen estancadas. De hecho, no es la primera vez que provocan un conflicto entre el equipo y el Gobierno local.
«No voy a regalar el estadio de todos»
La alcaldesa de La Coruña, Inés Rey (PSOE), acusó a Abanca de utilizar al Real Club Deportivo, como propietario del club, «con el único ánimo de chantajear y sacar rédito particular» tras la decisión de no acudir este pasado lunes a la tradicional recepción institucional en la plaza de María Pita. Su discurso, en el que intentó expresar su «dolor», estuvo lleno de referencias a la entidad bancaria. «Quien trata este amor y ese sentimiento igual que un activo financiero no ha entendido ni entiende lo que es ser del Dépor y amar los colores», afirmó.
La primera edil coruñesa también aseguró que el Ejecutivo local no autorizará la «explotación comercial» del campo de fútbol. «Una cosa es el Deportivo y otra es Abanca. No voy a regalar el estadio de todos a un banco», señaló. Aclaró, además, que el Consistorio no va a cobrar por el uso del estadio, de propiedad municipal. «No les hemos exigido ningún canon y no se les va a cobrar, esa propuesta no está sobre la mesa», detalló.
El PP criticó que «la falta de diálogo de Inés Rey haya provocado que el Real Club Deportivo haya declinado acudir a la recepción oficial en el Ayuntamiento». «Son tres años de negociación enquistada para un nuevo convenio, pese a los intentos del club blanquiazul por desbloquear la situación y alcanzar un acuerdo adaptado a los tiempos actuales», aseguraron los populares.
Del uso comercial a la duración
Tanto el club como el Gobierno local hicieron públicas sus propuestas de convenio, que presentan importantes diferencias. La municipal incluye una cláusula en la que se fija que el acuerdo por la utilización de Riazor quedará «sin efecto» en caso de que se produzca «la modificación del capital que dé lugar a su control efectivo por parte de una entidad, empresa o grupo de empresas cuyo centro de decisión radique fuera del territorio de la provincia de La Coruña». Esto supone que el Ayuntamiento podría negar al Dépor el uso de la instalación en caso de que Abanca venda la entidad a un inversor fuera del territorio coruñés. En el borrador del club no figura esta cláusula.
La pretensión del Ejecutivo Inés Rey es que el complejo futbolístico solo se pueda utilizar «con fines deportivos relacionados con las competiciones oficiales en las que participe el RC Deportivo, ya sea en categoría masculina, femenina o por edades», además de la disputa del trofeo Teresa Herrera. En el caso de la propuesta blanquiazul se añade «la íntegra explotación de todos los espectáculos futbolísticos y deportivos que tengan lugar en el estadio tenga participación o no la tenga» el conjunto deportivista. Además, se prevé la realización de «cualquier acto de carácter extradeportivo».
Otro punto de fricción entre ambas partes es la duración del propio convenio. El Gobierno municipal quiere que sea de 25 años y el club la eleva hasta 40 años.
La propuesta deportivista establece que el club abonará un cánon de 400.000 euros, más impuestos, «en el caso que el primer equipo masculino del RC Deportivo compita en Primera División». La cantidad se rebaja a 200.000 euros si el equipo disputa sus encuentros en la categoría de plata. El Ayuntamiento no le cobra por hacer uso del estadio en su borrador.
El Dépor, en su comunicado, también advertía que «la Liga precisa un certificado de uso y disfrute del estadio que debe emitir el Ayuntamiento para la temporada 24/25». El Gobierno local expidió este documento este mismo martes y entregó una copia a los medios de comunicación.
Marcha atrás del club
Pocos minutos después de las 22:00 horas, el conjunto blanquiazul publicó un mensaje grabado en vídeo del presidente de la entidad, Álvaro García, y un comunicado en el que se anunciaba que el club daba marcha atrás y estaría dispuesto a «prorrogar el actual convenio por un periodo de 25 años y renuncia a los 40 años incluidos en su propuesta». «La prórroga incorpora la cláusula de renegociación en caso de cambio de titularidad. En este sentido, la propiedad ha garantizado al club que el Dépor no está en venta y que el compromiso es a largo plazo», indicó.
También recalcó que el Deportivo quiere «un estadio exclusivamente para uso deportivo, sin otro uso que la celebración de partidos de fútbol, de los primeros equipos o de cualquiera de sus filiales».
El dueño del Dépor
Abanca se convirtió oficialmente en el máximo accionista del Deportivo de La Coruña en 2021 al concentrar más del 75% de las acciones de la entidad después de haber inscrito el club su última ampliación de capital en el Registro Mercantil.
El banco convirtió un préstamo próximo a los 35 millones que había realizado a la entidad blanquiazul en acciones, lo que le situó con una amplia mayoría para dirigir el club.
El presidente del Consejo de Administración de Abanca es Juan Carlos Escotet, el propietario del banco venezolano Banesco que compró al Estado español Novagalicia, que a su vez tiene su origen en las antiguas cajas de ahorros Caixa Galicia y Caixanova. Este empresario, hijo de españoles que emigraron a Venezuela, es considerado por la revista Forbes la cuarta mayor fortuna de España, por detrás de Amancio Ortega, Sandra Ortega y Rafael del Pino.
«La mayor parte de su fortuna procede de la entidad financiera española y de Banesco Grupo Financiero Internacional, del que es fundador, accionista más importante y presidente», destaca Forbes.