El increíble abandono en un enclave estelar de La Coruña
La alcaldesa dice no poder dar una «respuesta concreta» sobre si exigirá al Dépor paliar el abandono de Los Arcados
El nuevo año no ha traído novedades sobre uno de los lugares más privilegiados de La Coruña y que, paradójicamente, está sumido en el más absoluto abandono. Se trata de Los Arcados, unos bajos situados en primera línea de playa en Riazor que no tienen uso y son víctimas del paso del tiempo. Así llevan desde hace más de 25 años.
No hay indicios de que la situación vaya a cambiar a corto plazo. Se trata de un espacio de titularidad municipal cuya gestión depende del Deportivo de La Coruña desde agosto de 1999 y que está vigente hasta el 31 de agosto de 2042.
La alcaldesa, Inés Rey (PSOE), aseguró recientemente, preguntado si el Ayuntamiento tenía pensado adoptar medidas ante el estado de abandono en el que se encuentra este recinto, que no podía ofrecer una «respuesta concreta» y que se analizaría en «en el seno» del Gobierno local.
En octubre de 2024, el Ejecutivo municipal afirmó que este espacio «está concesionado y tiene licencia para rehabilitarse del año 2023» y «la actuación municipal fue conceder dicha licencia con esta finalidad». Lo hizo tras una pregunta escrita presentada por el PP sobre el lamentable estado de Los Arcados.
El Ayuntamiento concedió en abril de 2023 una autorización municipal al Dépor para realizar obras e iniciar una actividad hostelera tras más de dos decenios con este espacio en estado de completo abandono.
La licencia que obtuvo el conjunto deportivista autoriza la puesta en marcha de un salón de banquetes, un restaurante y una heladería, con unos trabajos previos para rehabilitar el local. Pero por el momento no ha habido novedades. En el verano de 2024, la entidad deportivista aseguró que se acometían los «trámites de inicio de obra» para hacer realidad esta iniciativa.
Este pequeño complejo, ubicado en una instalación debajo de la calzada del paseo marítimo, tiene una vistas privilegiadas a la playa de Riazor. Sin embargo, vive en el abandono. Escombros, restos de material de obra y hormigón del suelo en mal estado. Esta es la situación de este recinto, cuyos accesos están tapiados para impedir el acceso a visitantes y la vegetación empieza a asomar en los soportes de los ventanales.