La coral más laureada de Galicia: tanto versiona a Verdi o Mercury como colabora con C.Tangana
Es la más antigua en activo de Vigo, donde se ha convertido en un clásico del programa cultural
La Coral Casablanca, fundada en 1957 en el Convento de los PP Capuchinos del barrio que le da nombre, es la más antigua en activo de Vigo.
A lo largo de su trayectoria ha cosechado más de veinte galardones, entre ellos la Medalla de Oro de la Real Academia Gallega de Bellas Artes en 2010, un reconocimiento que su director, Óscar Villar, valora especialmente. Villar, también distinguido con la Medalla de Galicia en 2005 y nombrado Vigués Distinguido en 2019, confiesa que «son premios para poner en la esquela».
Reinventarse o morir
Aquellos que asocien la coral con un repertorio exclusivamente sacro se llevarán una sorpresa. A partir de los años 90, la Coral Casablanca comenzó a versionar temas comerciales, sumando a su repertorio más tradicional —ópera y zarzuela— nuevas propuestas que incluyen desde Verdi y Webber hasta Abba, Freddie Mercury o José María Cano.
La planificación de los recitales requiere meses de preparación y una gran exigencia para ofrecer un espectáculo de calidad. Según el director, la música comercial, como las canciones de Abba o Mecano, plantea un desafío mayor que las obras sacras, pues no están diseñadas para interpretarse a coro. «Hacer versiones sinfónicas con una orquesta es más laborioso y, además, hay que atraer al público joven a los espectáculos corales», explica.
En sus conciertos en el anfiteatro de Castrelos, en los que cada verano comparte escenario con artistas como Melendi o Aitana, la Coral ha demostrado su capacidad para llenar el recinto año tras año, convirtiéndose en un clásico del verano vigués. «El resultado de nuestro trabajo es que solemos llenar los teatros», afirma Villar, quien celebra el respaldo del público en eventos como los conciertos de Primavera o Navidad, fundamentales en el calendario cultural de la ciudad. «En el teatro la gente asiste pagando, lo cual es inaudito y yo se lo digo a mi coro para que se sientan orgullosos. Que la gente pague para escuchar a un coro aficionado tiene su mérito», añade el director.
Para Villar, lo más importante es que los miembros de la coral comprendan que «el concierto es la fiesta final de meses de trabajo y preparación de una serie de obras. Su salario es el aplauso».
Con ensayos tres veces por semana, la dedicación de los coristas se asemeja a la de profesionales, aunque no lo sean. Además, Villar destaca el sacrificio de quienes apoyan desde casa, un esfuerzo silencioso pero igualmente valioso. «Es un arduo trabajo, de horas de ensayo. No solo de los que vienen, sino también de los que se quedan en casa, de los cuales tienes que prescindir de su compañía y ayuda», reflexiona.
A pesar del esfuerzo y la dedicación, Villar lamenta que la Coral Casablanca haya alcanzado mayor notoriedad tras colaborar en el himno del centenario del Celta de Vigo junto a C. Tangana, en la canción 'Oliveira dos Cen Anos'. «Hay quien dice que es lo más importante que hizo la coral en lo que se refiere a difusión, y a mí eso me produce mucha tristeza», admite el director, quien tiene una visión diferente sobre lo que debe ser un himno.
Un sueño por cumplir
Óscar Villar tiene un sueño que aún no ha podido cumplir: «No me gustaría irme de este mundo sin estar con la Coral en América del Sur, por lo que supone esa tierra para Galicia», confiesa.
Aunque reconoce que el reto es difícil «a nivel económico», Villar también siente que la falta de apoyo para este proyecto tiene que ver con cuestiones políticas: «Pienso que no hay voluntad de hacerlo, porque quizá llevarnos allá no dé votos; y eso que reclaman en las elecciones los votos de la diáspora, como así le llaman. Pues 500 personas en el coro multiplicado por 4 miembros en cada casa son 2000 votos, por ejemplo», apunta, dejando claro el peso que podría tener la comunidad coral en ese sentido.
Lo que más le entristece, sin embargo, es que la Coral Casablanca ha editado un disco en Argentina sin haber pisado nunca ese país. Una paradoja que refleja las dificultades para cumplir este anhelo que sigue siendo uno de los pocos pendientes en su extensa carrera musical.