El enigmático rincón que pasa desapercibido en la ría de Vigo y es escenario de una popular serie española

A las puertas de la ría de Vigo, en las áreas de Ulló y Larache del municipio de Vilaboa, se esconde uno de los conjuntos históricos y naturales más singulares de Galicia: las Salinas de Ulló.

Este enclave destaca por ser el conjunto de salinas conservado más grande de la región gallega. La importancia de la sal como método de conservación de alimentos convirtió este mineral en un símbolo de riqueza y prosperidad.

Es por esto por lo que la creación de estas salinas respondió a la necesidad de Pontevedra de contar con su propia fuente de sal. La aparición de nuevos métodos de conservación, como las latas de conservas, marcó el fin de esta actividad económica en el siglo XIX.

Un paraíso oculto a la vista de todos

A pesar de ser parte de la historia de Galicia, este enclave ha pasado desapercibido para muchos. No tanto para el mundo del cine que lo eligió como escenario de una popular serie española Un asunto privado, protagonizada por Aura Garrido y Jean Reno. Parte del rodaje tuvo lugar en este paraje natural, proyectando en la pequeña pantalla la belleza de este rincón de la ría de Vigo.

Aún así, a día de hoy, las Salinas de Ulló sigue siendo un lugar que ha escapado de la masificación turística.

Quizá esta sea la razón por la que se haya convertido en un refugio para la fauna local. Entre las aves que frecuentan la zona se encuentran cisnes y garzas, que añaden un toque de vida al entorno. Además, en el valle del Ulló se pueden seguir pequeñas rutas fluviales que conducen a antiguos molinos de agua dulce.

Así era el funcionamiento de las salinas

Las Salinas de Ulló se construyeron aprovechando una ensenada natural de la ría y crecieron rápidamente hasta convertirse en un punto estratégico de producción de sal.

El complejo cuenta con dos grandes estanques rectangulares. El principal, con más de 12 hectáreas, servía para acumular agua marina y permitir su evaporación inicial gracias a la acción del sol y el viento.

Y un estanque secundario, de unas 8 hectáreas, que estaba dividido en cuadrículas que se conocen como 'cocederos'. En esta zona, tras unos 15 días, el agua alcanzaba una temperatura aproximada de 23 grados y la sal se cristalizaba para su posterior recolección.

En la actualidad, un sendero bien señalizado atraviesa este paisaje, dividiendo los estanques en áreas que hoy son hogar de juncos, aves y anfibios. En la actualidad este dique ofrece unas vistas privilegiadas a la isla de San Simón.

Ruinas que narran el pasado

Entre los restos arquitectónicos de las salinas destacan las ruinas de la Granja, situada al final de un sendero que se interna en un bosque cercano.

Construida entre los siglos XVIII y XIX, esta edificación servía como centro de operaciones para la manipulación de la sal y como residencia de los trabajadores y terratenientes.

Aunque actualmente las estructuras son un cascarón de piedra, aún es posible identificar elementos como una monumental lareira de granito y unas especies de antiguas despensas.

Además, en el extremo del dique se puede visitar un molino de mareas del siglo XIX, que aunque no ha sobrevivido al paso del tiempo, los canales y compuertas que lo componían aún son visibles.

Las Salinas de Ulló representa un patrimonio cultural cuya preservación salvaguarda la memoria de una tradición que definió la identidad de este lugar durante siglos.