
Protesta vecinal por el proyecto de la A-52
El Gobierno ignora las protestas y sigue adelante con el proyecto de la A-52: «Es una actuación necesaria»
Vecinos de Vigo y su comarca afirman que esta obra genera un rechazo «masivo»
El proyecto del futuro tramo de la autovía A-52 para conectar O Porriño y Vigo, en la provincia de Pontevedra, ha generado una importante polémica entre vecinos y partidos políticos debido al posible impacto que tendrá en la zona. Su promotor es el Gobierno central (PSOE), que se ha pronunciado y ha afirmado que sigue adelante con esta iniciativa.
En una respuesta ofrecida a la senadora María Carmen da Silva (BNG), el Ejecutivo señala que es «una actuación necesaria» desde «el punto de vista de la seguridad viaria» porque servirá de «variante a la actual autovía A-55, con unos altos índices de accidentalidad». De este modo, asegura que la obra dará «continuidad a la autovía A-52 hasta la ciudad de Vigo con un estándar homogéneo y moderno de trazado».
En cuanto a la tramitación administrativa, el Gobierno central indica que es «la que establece la legislación vigente» y que «todas las alegaciones e informes que se presenten durante el plazo de información pública y oficial del estudio de alternativas serán analizadas e informadas por el Ministerio», para después «impulsar la tramitación ambiental de la alternativa que resulte preseleccionada tras un análisis multicriterio».
La respuesta ofrecida a la diputada del BNG también recoge que «las tres alternativas que han sido estudiadas en detalle han tratado de minimizar las afecciones a edificaciones».Oposición vecinal
El principal problema con el que se ha encontrado esta iniciativa es la fuerte oposición vecinal debido al impacto en la zona de esta actuación. Mientras que el alcalde vigués, Abel Caballero (PSOE), ha asegurado que se va a hacer «sí o sí», pese a la oposición de «unos poquitos vecinos».
La Federación de Asociaciones de Vecinos Eduardo Chao de Vigo ha avisado de que el nuevo trazado de la A-52 entre Vigo y O Porriño genera un rechazo «masivo» entre las parroquias y ha lamentado que el alcalde vigués «ignora» a los vecinos que sufrirán expropiaciones y el daño al patrimonio natural.
Esta actuación busca crear una alternativa mediante la construcción de un túnel. La nueva variante tiene una longitud de 6,2 kilómetros y se desarrolla en los municipios de O Porriño, Mos y Vigo.
El Ejecutivo central ya había afirmado previamente que «el plazo de obra se puede estimar en unos cuatro años, estableciendo el año 2030 como el de puesta en servicio».