El pleno sube el nivel de intensidad y de duración

El pleno del Ayuntamiento de Córdoba, el ordinario del mes de enero, se preveía largo y no defraudó. Cinco mociones con debate (uno de ellos con segunda ronda de réplicas) dejaron cuatro horas (cinco, si se cuenta con la previa donde los portavoces expusieron sus mociones) de intensa carga dialéctica ideológica.

La sesión comenzó con un minuto de silencio por el sacristán de una iglesia de Algeciras, a manos -presuntamente- de un marroquí, que ha conmocionado al país. Lo pidió la portavoz de Vox, Paula Badanelli, y el alcalde, José María Bellido (PP), accedió y el silencio se hizo en un salón de plenos lleno por miembros de las asociaciones que integran la Comisión de la Verdad y por los Bomberos que, una vez más en silencio, mostraron sus quejas -con carteles alzados- por su situación laboral.

Las mociones debatidas dieron para todo tipo de debates y anécdotas, como la de las tabernas históricas en las que se aprobaron tanto las enmiendas del PSOE y el texto definitivo que había presentado el PP, por lo que el alcalde deseó «suerte» al técnico municipal al que le toque dar forma a esa difícil dicotomía.

La moción conjunta de PSOE, IU y Podemos sobre las exhumaciones de las fosas de los cementerios de la Salud y San Rafael contó con la intervención previa de Carmen Sánchez (Comisión de la Verdad) y hasta con la historia familiar de la portavoz de Podemos, Cristina Pedrajas. No se aprobó. En cambio, sí la del sistema sanitario que defendió IU, pero con la enmienda del PP; mientras los populares retiraron, durante el pleno, la de la Mesa del Aeropuerto «por lealtad institucional».

El debate más arduo llegó con la petición del PP de la modificación de la Ley del ‘solo sí es sí, que tuvo dos turnos de intervención, mostrando las diferencias insalvables de los bloques políticos y hasta la aparición en el discurso de la concejal popular, Marián Aguilar, del candidato a la Alcaldía socialista, Antonio Hurtado. Y los socialistas, precisamente, coparon un turno de ruegos y preguntas de más de una hora en un pleno que, como se preveía, fue largo.