Páginas de la revista 'World Heritage' dedicadas a la restauración de la macsura
La Unesco se hace eco de la restauración de la macsura en una publicación oficial
El organismo internacional avala la intervención con este artículo en el que se detallan los trabajos a realizar
La Unesco, que es el organismo de las Naciones Unidas encargado de velar entre otras cuestiones por el patrimonio mundial, tiene una publicación titulada 'World Heritage' dedicada a abordar diversas cuestiones relacionadas con los distintos elementos que forman parte de este exclusivo catálogo. En su último número, el 103, esta publicación incluye un artículo en el que se entra en detalle sobre la importante actuación que el Cabildo Catedral va a desarrollar en los próximos tres años para restaurar las cúpulas y los paramentos de la macsura de la Mezquita Catedral, donde invertirá casi cuatro millones de euros de fondos propios.
La publicación de este trabajo supone un respaldo de la Unesco a la gestión que el Cabildo realiza día a día en este monumento, por el que en 2023 pasaron casi dos millones de visitantes. Este trabajo, mantenido desde hace ocho siglos fue reconocido en 1984 con la inclusión en el catálogo del Patrimonio Mundial y refrendado en 2014 como monumento de Valor Universal Excepcional, entre otras cuestiones, porque «su continuo uso religioso ha asegurado en gran parte su conservación».
El artículo
El artículo está firmado por el equipo interdisciplinar responsable del proyecto: Gabriel Ruiz Cabrero, Gabriel Rebollo Puig, Francisco Rebollo Píriz, Anabel Barrena Herrera y Raimundo Ortíz Urbano. En el mismo se afirma que la Mezquita Catedral, «además de ser una construcción de origen muy antiguo, se trata de un edificio vivo» por mantener el uso religioso para el que fue creado.
Parte de la base de que «el espacio urbano que ocupa el actual edificio ha sido el centro espiritual de la ciudad desde, al menos, el s. V d.C.» y que en el siglo VIII se demolió una basílica cristiana para construir la Mezquita que luego se amplió «hasta convertirla en el edificio religioso más importante del occidente musulmán».
Cúpula del mihrab
Sobre la macsura explican que «incorpora tres espacios principales en la antesala al mihrab, cada uno de ellos cubiertos por cúpulas de arcos entrecruzados, las más antiguas que se conocen», así como que «los frentes de estos espacios, así como la cúpula central, situada frente al mihrab, fueron decorados con elegantes mosaicos bizantinos adaptados en su diseño al gusto islámico cordobés».
Tras la reconquista cristiana en 1236, este espacio mantuvo su identidad durante más de 130 años, ya que en 1368 se funda ahí la primera de las capillas, la de San Pedro y en 1582 se erige al lado la de la Institución de la Eucaristía, presidida por el gran lienzo de la Sagrada Cena de Pablo de Céspedes.
Las primeras (y únicas) restauraciones
Así se mantuvo hasta que entre 1771 y 1772 el deterioro de la construcción hace al Cabildo encargar a Balthasar Dreveton la reparación del lugar, que amenazaba ruina, siendo éste «el primer episodio de una sucesión de actuaciones dirigidas a la re- cuperación de la antesala al mihrab y sus cubriciones».
Más tarde, en 1815, el obispo Pedro Antonio de Trevilla decide acometer una intervención más profunda, con la finalidad de «devolver el aspecto original al mihrab y a su antesala, y ordenó desmontar la capilla de San Pedro, pro- moviendo una restauración heredera del espíritu ilustrado y pionera en España».
Presentación de la restauración de la macsura
En 1887 llega a Córdoba el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco y «la intervino pavimentando con mármol, reconstru- yendo a continuación sus cubiertas y, posteriormente, renovando su techumbre interior siguiendo criterios de fidelidad al original». Años después, en 1912, «desmontó la Capilla de la Cena para recuperar el espacio bajo la cúpula oriental y recompuso el mosaico del paramento a este lado del mihrab. Desde entonces, no se había vuelto a intervenir en la macsura hasta ahora».
El proyecto
En este artículo de la revista 'World Heritage' de la Unesco se informa de que los trabajos previos para la intervención en la macsura que ahora comienzan arrancaron en 2016, con «unos estudios previos de carácter pluridisciplinar, con la pretensión de conocer el conjunto en profundidad desde varios puntos de vista, especialmente para identificar su estado de conservación y las causas de su deterioro».
La intervención consistirá en «evitar que la acción del agua de lluvia y sus humedades derivadas puedan afectar a la conservación de esta parte del monumento» y además «se ejecutarán labores de limpieza, consolidación y estabilización de sus zonas decoradas, que recuperarán parte de su esplendor ahora velado».
