2030: El otro aniversario de Julio Romero de Torres que ya hay que preparar
Mercedes Valverde propone crear un espacio que aúne la obra y la documentación de toda la familia
Aún no ha terminado el año en el que se conmemora el 125 aniversario del nacimiento de Julio Romero de Torres y ya se está pensando en la próxima gran cita con el pintor cordobes. Será muy pronto, en 2030, año en el que se cumplirá el centenario de su muerte y ya hay voces que alertan de que no hay tiempo que perder.
Entre otras actividades que se podrian realizar, es el momento de ejecutar una reclamada desde hace décadas y que quedaría para la posteridad, reivindicando no sólo el nombre de Julio sino el de toda su familia en el lugar donde prácticamente todos los miembros de la misma nacieron, vivieron y murieron.
Espacio Romero de Torres
Esta idea, bautizada como Espacio Romero de Torres, la lanzó el pasado jueves quien fuera directora de los Museos Municipales y experta en la vida y obra del pintor, Mercedes Valverde. La lleva madurando desde hace hace años y la planteó en el transcurso de la mesa redonda ‘Julio Romero de Torres: otras miradas’ con la que el Real Círculo de la Amistad puso el broche a los actos organizados con motivo del aniversario del artista.
Valverde planteó esta iniciativa a los integrantes de la mesa redonda, todos jóvenes y buenos conocedores de la materia, entre quienes caló con entusiasmo. Explicó que ahora es el momento debido a que son diversas las instituciones implicadas en la iniciativa.
Así, la Diputación es la propietaria del continente; es decir, del inmueble que alberga el Museo de Bellas Artes, la casa de la familia y el Museo Julio Romero de Torres. Los enseres de la familia y la gestión del Bellas Artes corresponden a la Junta de Andalucía y los lienzos del Julio Romero de Torres son titularidad del Ayuntamiento tras la donación de su viuda al pueblo de Córdoba. Mercedes Valverde justificó la necesidad de llegar ya a un acuerdo al hecho de que estas tres instituciones están gobernadas por la misma formación política, el PP, algo que, en principio, tendría que facilitarlo todo.
Pero en este puzzle falta una pieza no menos importante y es la del Gobierno de la nación, que es el titular del contenido del Museo de Bellas Artes aunque la gestión sea autonómica. La mejor aportación sería la construcción de un nuevo edificio para esta colección, pero esta propuesta está frenada tanto por la inacción del Ejecutivo central a lo largo de las últimas décadas como por el freno a la operación urbanistica que facilitaría los terrenos ya prometidos en la avenida de Fray Albino. La cesión del colegio Rey Heredia al colectivo social que lo ocupó hace una década frustró la operación.
La propuesta de Mercedes Valverde no se limita sólo a reunir y exponer la obra de Rafael Romero Barros y de sus hijos, los Romero de Torres. Como explicó en su intervención pasa también por convertir el lugar en un centro de estudio e investigación sobre la familia, con la reunión del archivo documental, fotográfico y hemerográfico que en la actualidad está repartido entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento.
Sobre este aspecto, el historiador Gonzalo Herreros, uno de los participantes en la mesa redonda, reconoció que «investigar en algo tan fragmentado es difícil» y el pintor Rafael Castejón añadió que «tenemos que trabajar ya en el centenario para que todo esto se cumpla porque Córdoba se lo merece».
Las influencias
En el transcurso de este acto se abordaron otros asuntos en los que la moderadora buscaba la opinión de la juventud. Así, a la pregunta de qué hubiese pasado si Julio Romero hubiese vivido más años la historiadora del arte Ángela Lagura se decantó porque «hubiera vuelto a los principios» mientras que la pintora Clara Gómez explicó que «hubiera tirado por el impresionismo». Gonzalo Herreros, por su parte, auguró que hubiera sido «la gran estrella del pop» y añadió que «le iba la marcha», como ya demostró con su participación en el cine o la foto con capa, sombrero y el hombro desnudo.
Las influencias en Romero de Torres también estuvieron presentes en este coloquio celebrado en el Círculo de la Amistad. Sobre las mismas, Teo Fernández recordó la infancia de Julio, en la que apenas distinguía lo que era su hogar del Museo de Bellas Artes. En su opinión, en su obra de advierte el peso del «barroco cordobés y el realismo social», aunque, añadió, «el gran empujón son los dos viajes a Italia». Sobre esto, Rafael Castejón apuntó la huella de estos viajes en su modo de pintar, ya que «la técnica del temple, el óleo, las veladuras es Italia, es Leonardo».