Homenaje a Alaska en Córdoba: cuando la edad es una actitud
La Sala M-100 se llenó para bailar con la actriz y cantante Marisol Membrillo y un espectáculo vibrante

Marisol Membrillo, en el homenaje a Alaska
Había ganas de pasarlo bien y en muchos casos, vista la edad media del público asistente a la Sala M100, de salir de noche después de tiempo sin hacerlo. Porque uno de los encantos de los asistentes a ‘Olvido’ , el homenaje musical a Alaska, fue ver a señoras (y señores) de más de 60 pasándolo pipa. No obstante, si se estableciera una media de edad, la cosa andaría entre los 40 y los 50, una generación de amplio espectro que ha crecido con las canciones que anoche se homenajearon. De la transversalidad de los fans de Alaska/Fangoria/Dinarama dan buena cuenta sus conciertos, como el último celebrado en Córdoba donde llenaron la Axerquía gente de toda edad y condición. Es la cultura popular, la que de verdad toma el pueblo, la hace suya y la disfruta.

Público entregado

Se saben las canciones de memoria
Además de bailar con canciones en muchos casos inolvidables - y otras que van camino de serlo- también había curiosidad por ver qué era eso del montaje un tanto pureta pergeñado por Carlos Carrión, y sus colegas Fernando Ortíz y Nico González, con Marisol Membrillo como artista principal y absoluta- porque lo es- y con un recorrido musical por las canciones del dúo Olvido Gara-Nacho Canut, con recuerdos ineludibles a Carlos Berlanga y su paso por los Pegamoides y Dinarama.

Carlos Carrión

Nico Gozález Y Fernando Ortiz

La coreografia animó el espectáculo
El repertorio fue muy parecido a la playlist de Fangoria (la mía, por ejemplo) que uno se haya elaborado en su plataforma favorita pero volcada en muchos de sus éxitos más actuales que no tienen nada que desmerecer a los más añejos. La puesta en escena, sobria como es la tendencia de estos tiempos y con una pantalla gigante (también signo de la época) que proyectaba imágenes coloridas y psicotrópicas, y muchas de ellas elaborada por la IA que nos devorará a todos en breve. Hay que destacar la coreografía de Adrián Villén y su compañero que lo dieron todo y más, y que salvaron la situación animando a la peña en los momentos en los que los problemas de sonido dieron la tabarra más de la cuenta.

El técnico de sonido, atento a todo

Marisol Membrillo
Abrieron con Desafiame, una de esas bizarradas que tanto gustan a Fangoria y que incluyeron en su álbum de versiones Extrapolaciones, para seguir con Espectacular, Ni tú ni nadie, Momentismo absoluto, Un poco todo, Qué desfachatez, Boomerang, Mi burbuja vital, Fiesta en el infierno, Retorciendo palabras, Dramas y comedias, Mi fábrica de baile, No Sé qué me das, Cómo pudiste hacerme esto a mí, Miro la vida pasar, Un hombre de verdad, Descongélate, Geometría polisentimental, Mi novio es un zombie, Rey del Glam, Perlas ensangrentadas y ¿A quién le importa?, esta última con la Membrillo a los teclados.
El fin de fiesta a modo de bis fue un medley con una declaración de principios: todo esto se ha hecho para bailar, con la pantalla trasera más psicodélica de todo el espectáculo y con Bailando (Pegamoides), Bailando (Astrud), un rescate emocional para las Hermanas Goggi y su Estoy bailando, previo al estupendo Toro de El Columpio Asesino y un inesperado Yo quiero bailar toda la noche, de Sonia y Selena para cerrar de nuevo con los Pegamoides.

Un sábado noche es para bailar

Marisol Membrillo
El espectáculo acabó con la sensación de que hay que repetir y de que los problemas de sonido que surgieron a lo largo del bolo son una excusa perfecta para hacerlo de nuevo. Muchos de los asistentes lo agradecerán, sobre todo aquellos que a pesar de los años de su DNI descubren en noches como esta que la edad es más una cuestión de actitud que de calendarios. Y que hay que aprovechar todo lo bueno- y bailar lo es- porque esta película se pasa muy pronto.

Ángel Porras
Aunque siempre quedará un DJ como Ángel Porras para animar la prórroga. El Porras amenizó los previos y la fiesta posterior. Nunca es suficientemente valorada la misión del pincha, ni por instalaciones o equipo facilitados ni por lo que suele poner, porque siempre hay un pelmazo que pide a Camela. Y parte del éxito de la noche de ayer también le corresponde al DJ, que además es amigo mío, qué leche.