Bastantes razones para un enfado

Comparecía pocos minutos después de la dura derrota en Huesca con el semblante serio. Consciente del problema y con un análisis muy claro. Se suele decir como uno de los argumentos a favor de Iván Ania que ve el mismo partido que el resto del mundo. Y ayer no defraudó en ese sentido. Porque su análisis respondió a todo lo que piensa el cordobesismo. «Defensivamente hemos estado muy mal. La segunda parte es aceptable, la primera no», sentenció. Y, por momentos, parecía hasta querer morderse la lengua.

El problema de los duelos defensivos

Mucho se habló en verano de la necesidad de reforzar el centro de la defensa y el flanco izquierdo en el lateral. Y el Córdoba lo hizo… a medias. Porque contrató en los últimos días a Marvel, procedente del Real Madrid Castilla, para que hiciera las veces de central y lateral zurdo. Lo cierto es que, poco a poco, está quedando probado que Calderón está muy por debajo del nivel exigible dentro del fútbol profesional y que, cuando la pareja conformada por Lapeña y el exmadridista no tiene su noche, los que vienen por atrás empeoran claramente la actuación de los que salen.

Fue el caso de José Antonio Martínez, quien anoche realizó un partido difícil de entender y complicado de adjetivar. Incluso estadísticas en mano. «Tenemos que ganar los duelos defensivos. Si el central sale a disputar tiene que ser ganador, si no vale más que no salga», apuntaba el preparador cordobesista. Un punto que se puede aplicar a Marvel (llegó a perder 10 balones en El Alcoraz), pero también al exgranadinista, que en apenas 45’ perdió 7 pelotas, los cuatro duelos en tierra y dos de los tres que disputó en el aire. Y, por si todo eso fuera poco, remató su actuación con una expulsión en el añadido que le privará de estar frente al Racing de Ferrol. Tampoco fue la mejor noche de Lapeña (14 pérdidas) aunque en eso de las disputas estuvo más preciso: en suelo ganó uno de tres y aéreos se agenció seis de los siete que luchó.

Por poner un ejemplo, la pareja de centrales del Huesca (Jorge Pulido y Diego González), apenas perdió siete balones entre ambos; es decir, las mismas que Martínez y menos que Marvel y Lapeña.

Un error que ya es costumbre a domicilio… y en El Arcángel

Poco ha aprendido el Córdoba en estas tres primeras jornadas cuando ha salido de El Arcángel. En Miranda el equipo sufrió mucho simplemente con los balones largos a la espalda de Martínez y Lapeña; ante el Burgos un error del onubense en otra disputa aérea desembocó en un nuevo fallo de Lapeña, que resultó expulsado; lo de Elche llegó a calificarse como «partidito» por parte del club y, frente al Deportivo, Carlos Marín evitó que otros errores claros en salida de balón le pudieran haber costado mucho más caro a los de Iván Ania.

«Es algo que no nos puede volver a suceder», repitió el técnico a la conclusión del partido en El Alcoraz. La próxima cita llevará al Córdoba a jugar en casa frente al Racing de Ferrol. Otro rival directo ante el que solo vale la victoria.