La economía cordobesa, ¿está mejor que hace cuatro años?

El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.

Henry Hazlitt

Qué lejos quedan aquellos titulares que durante el año 2019 abrían todas las portadas de la prensa económica con la famosa «desaceleración económica», o el final de los tan venerados «vientos de cola». Ha llovido tanto en los últimos cuatro años -y no agua precisamente- que no recordamos que ya en 2019 la economía se frenó y se hablaba tímidamente de recesión. Por si fuera poco, arrancó el año 2020 con una caída del PIB comparable a la de tiempos de guerra y que hoy aún no hemos recuperado el nivel anterior a 2020. Pero ¿eso quiere decir que la economía cordobesa no ha mejorado? ¿Significa entonces que económicamente no está mejor que hace cuatro años?

La economía cordobesa ha mejorado desde el año 2020 aunque también debemos ser conscientes de lo alejada que se encontraba de su «estado estacionario». En economía, el concepto de estado estacionario consiste en alcanzar una cantidad de capital y un tamaño de la población constante. Por este motivo, una vez alcanzado este punto, la economía de dicho territorio no sufre ningún tipo de crecimiento. Por lo tanto, aplicando esto a la economía de nuestra ciudad, observamos claramente que parte del crecimiento experimentado es puro rebote consecuencia de una brutal caída y que, además, hay algunas materias en las que necesita aún mejorar y mucho.

Las cuentas nos dicen que para nada es un cuento que en estos cuatro años el gobierno municipal de Córdoba haya saneado y gestionado de forma optima las cuentas públicas y, ¿qué significa que hayan saneado y gestionado de forma optima las cuentas públicas? Los gobiernos no crean empleo, no crean riqueza ni prosperidad. Sin embargo, lo que pueden hacer y han hecho, en el caso de Córdoba, es eliminar las condiciones que impiden generar empleo y por supuesto, minimizar las regulaciones y los palos en la rueda que obstaculizan que se genere crecimiento económico y como consecuencia de este crecimiento se cree empleo, se atraiga inversión extranjera y también, se establezca en la propia economía un marco económico-jurídico seguro y atractivo para hacer negocios.

Los datos que demuestran el crecimiento e impulso de la economía cordobesa son los siguientes;

• Paro 2020: 79.981 personas

• Paro 2022: 62.664 personas

• Licitaciones Públicas 2020: 221.539 licitaciones

• Licitaciones Públicas: 2022: 255.442 licitaciones

• Compraventa de Viviendas 2020: 5.601 viviendas

• Compraventa de Viviendas 2022: 8.456 viviendas

• Exportaciones 2020: 1.941,19 millones de euros

• Exportaciones 2022: 2.978,31 millones de euros

• Turismo Pernoctaciones 2020: 604.822 pernoctaciones

• Turismo Pernoctaciones 2022: 1.777.909 pernoctaciones

Con todos estos datos queda de manifiesto el crecimiento e impulso que ha tomado nuestra economía en los últimos cuatro años, incluso cifras mejores que en 2019. Aun así, hay que recalcar que en materia de regulación y fiscalidad el Ayuntamiento tiene camino que avanzar. Lo que no son cuentas, son cuentos y este gobierno municipal en cierto modo, como los datos indican, ha sabido identificar los sectores económicos clave a los que allanarles el camino para que haya facilidad para generar empleo, atraer inversión y como decía, eliminar regulaciones y palos en la rueda que impidan avanzar al carro de la economía cordobesa. Por delante le quedan a este gobierno municipal, si gana las elecciones, cuatro años en los que esperemos, vayan en la misma dirección, es más, ahonden más si cabe en esa misma dirección.