De esta agua no beberéRafael González

Unidos por la morcilla azueleña

Actualizada 08:15

Desde que la semana pasada, en pleno Martes Santo, saltara la nutria y la Confederación Hidrográfica del Guadiana dijera que de la conexión entre los pantanos de La Colada y Sierra Boyera nasti de plasti, he estado pediente de las posibles manifestaciones, protestas, declaraciones o muestras de rechazo a tal decisión por parte de la denominada Plataforma Unidos por el Agua, pero solo me he encontrado una morcilla de oro azueleña.

El Quincenal de los Pedroches y un dicharachero reportero de este medio felicitaban el pasado día 9 de febrero en su página de Facebook -y en una vídeo entrevista- a la vicepresidenta de la Plataforma Daría Romero y al presidente Miguel Aparicio -activistas tipificados- por tal galardón morcillero, trofeo que personalmente yo no pondría en la salita comedor porque tiene una pinta algo rara.

Preguntados por el reportero, que no se corta al plantear un duelo PP-PSOE en el asunto de la ahora fallida conexión, Aparicio habla de que el mayor problema del mundo rural no es la despoblación sino «la confrontación política» y echa de menos los años 80 en los que «todos se sentaban a hablar» . Parece recién salido de una plataforma anti-OTAN más que pro agua con ese aire jipinostálgico. En los 80, en estos territorios, solo hablaba el PSOE con el PSOE y a los de Alianza Popular los corrían a gorrazos por esas benditas localidades rurales de la España agreste. Era más difícl confeccionar una lista de derechas para unas municipales en Peñarroya o en Montoro que en las Vascongadas de los años del plomo. Aparicio denuncia de paso a los «palmeros de tos laos» que salen para «azuzar a los representantes de los partidos políticos», ditanciándose así el activista del agradaor o azuzador porque siempre hubos clases y tipos de lucha.

En esa lucha civil le enmienda la plana a la Diputación (no así a la Confederación) y ofrece una clase magistral sobre tuberías, ejemplos paralelos con bombonas de butano, urgencias varias y preferentes, (que son las que ellos defienden) justo después de trasladar las negociaciones a «los técnicos» y pidiendo que los políticos «se dejen de tonterías» . Los políticos del PP, sospechamos.

Aparicio, activista con coleta, señala como únicos responsables de la gestión del agua a «Junta y Diputación» (la Confederación se encarga de las nutrias y de vigilar la cuenta de gastos de otras administraciones, parece ser).

La señora Daría, por su parte, acusa a la administración provincial de opacidad (en la CGH sí les han enseñado planos y nutrias en un ejercicio de transparencia administrativa) y advierte que «los políticos no son señores de la guerra que vengan a instalarse en un trono». Salvador Fuentes como un general ruso con un sombrero de piel de oso en su silla dorada y presidencial del salón de plenos, me ha venido, quizá erróneamente, a la cabeza.

Recuerdan los plataformenses que llevan dos años de vindicación – los años anteriores posiblemente se duchaban con una Fanta de naranja los sábados por la tarde, pero no había señores de la guerra en el trono- y que si la depuradora, que si la electrificación y que lo que ellos pidan aunque no quieren seguir hablando con el enviado especial del Quincenal de los Pedroches porque son solo pobres activistas que han ido a Azuel a vender camisetas de lo suyo. «Hemos pedido también subvenciones», confiesa al final del reportaje Aparicio como con tono de damnificado a la puerta de un Mercadona. Esa es la lucha, camaradas.

Bueno, al menos les han dado morcilla. Azueleña y de oro. Y el abrazo de la Confederación, técnicos independientes y amigos.

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