Movilidad
¿Cuánto cuesta 'llenar el depósito' de un coche eléctrico?
Con los precios actuales de la energía, cargar la batería de un BEV en casa cuesta unos 9 euros; si se hace en una 'electrolinera', la cosa cambia
Vayamos por partes. Los coches eléctricos no «llenan el depósito», sino que cargan las baterías. Se llame como se llame, convertir la energía en movimiento no sale gratis: hay que pagar a las distribuidoras si la recarga se hace en casa o a una operadora si se hace en una electrolinera. Eso sí, resulta mucho más barato en un BEV que en un turismo con motor de explosión. Con los precios actuales de la electricidad aún resulta más barato. La pregunta es ¿cuánto se puede ahorrar en combustible con un coche eléctrico?
De media, un vehículo con baterías requiere en torno a 16 kilovatios para recorrer 100 kilómetros, de acuerdo con los estudios de fabricantes como Renault, Honda o Tesla, aunque depende mucho de las características del vehículo. Eso en condiciones normales, ya que en invierno el frío ralentiza los procesos químicos de los acumuladores y se pierde autonomía. En cualquier caso, son mucho más eficientes que los vehículos a motor, precisamente porque carecen de él y tienen pocas partes móviles. Por ese mismo motivo se considera que son menos propensos a las averías, puesto que las piezas no están tan expuestas al desgaste y al rozamiento.
Los turismos 100 por cien eléctricos más modernos cuentan con baterías de hasta 60 u 80 kilovatios (los utilitarios y los híbridos tienen menos capacidad porque están pensados para usar las baterías solo en ciudad), lo que les permite recorrer sin repostar distancias de entre 400 y 500 kilómetros, similares a los coches de gasolina o gasoil. El coste de la energía es sin embargo mucho más barato.
El precio de la electricidad
En la actualidad, el precio del kilovatio se mueve entre 10 y 15 céntimos, según el tramo horario, para la tarifa regulada del mercado. En julio de 2023, según un estudio de la OCU, se colocó de media en 15 céntimos, pero alcanzó picos de 40 céntimos en lo peor de la crisis de inflación. A eso hay que añadirle los impuestos, peajes y gabelas que incorpora la siempre incomprensible factura de la luz.
Con esos datos, cargar en casa la batería de 60 kilovatios de un coche eléctrico cuesta en torno a 9 euros. Su equivalente en gasolina o gasoil serían 80 o 90 euros respectivamente, con los precios actuales y para un depósito de 50 litros.
La cosa cambia cuando toca recargar el BEV en una electrolinera. Ahí, según el portavoz de Anfac Félix García, las operadoras cobran entre 60 céntimos y 1 euro por cada kilovatio, es decir, entre cuatro y siete veces más caro que el coste real de la electricidad. Ninguna gasolinera convencional trabaja con esos márgenes de beneficio, pero ese encarecimiento se debe, de acuerdo con Anfac, precisamente a la escasez de la red de surtidores eléctricos. Con más competencia, los precios bajarían hasta límites razonables. Ahora mismo, en los escasos puntos de recarga públicos cargar una batería de 60 kilovatios (suficiente para unos 400 kilómetros) costaría entre 36 y 60 euros, que sigue siendo más barato que el combustible fósil, pero no tanto como enchufar el coche en casa.