Refugio antiaéreo de la Guerra Civil en Alcalá de Henares

Refugio antiaéreo de la Guerra Civil en Alcalá de Henares

Encuentran un refugio antiaéreo de la Guerra Civil en Alcalá que incluye restos de la pila bautismal de Cervantes

Este refugio fue construido entre 1937 y 1938 para que la ciudadanía pudiera resguardarse de los bombardeos que asolaban la ciudad

Alcalá de Henares ha convertido la Plaza de Cervantes en un centro de excavaciones arqueológicas. Todos los vecinos de este municipio madrileño se paran e intentar entrever a través de las telas que recubren este hallazgo. Un equipo de arqueólogos se afanan en documentar lo máximo posible el refugio antiaéreo.

El primer descubrimiento ha sido la tapia de la entrada a la que se le ha sumado un espacio totalmente diáfano y en perfecto estado que tendrán que estudiar.

Este refugio fue construido entre 1937 y 1938 para que la ciudadanía pudiera resguardarse de los bombardeos que asolaban la ciudad durante la Guerra Civil.

Entre los secretos que esconde este enclave, se encuentra que las piedras de la pila bautismal de Miguel de Cervantes se utilizaron para su construcción.

Hasta hace apenas unos días nadie conocía con exactitud la ubicación de la entrada a este refugio. La memoria de los vecinos alcalaínos lo situaban en otra parte de la plaza, pero los arqueólogos acertaron al picar el suelo.

En concejal de Patrimonio Histórico, Vicente Pérez, relata que el cronista de Alcalá, José García Saldaña, dejó por escrito que el refugio se terminó en la fase final de la guerra.

Por su parte, la historiadora Pilar Lledó Collada explica que estaba finalizado el 16 de octubre de 1938. El mayor documento gráfico que ha servido a los expertos para acertar con la entrada del refugio proviene de una fotografía cenital que la Legión Cóndor realizó de la ciudad a finales de este año.

Este refugio fue el más grande de toda la ciudad, donde llegó a haber más de 60 enclaves de este tipo. Según se decía, tenía una capacidad para un millar de personas.

Por el momento, la excavación ha sacado a la luz una escalera «muy bien hecha de ladrillos», y los muros que la sostienen hechos con los sillares de piedra caliza perfectamente cortados.

Estos bloques proceden de la antigua iglesia de Santa María, incendiada el 29 de julio de 1936. En el templo se ubicaba la pila bautismal original de Miguel de Cervantes, de la que ahora tan solo se conservan unos pequeños fragmentos expuestos en una reproducción.

Los arqueólogos se han topado con una puerta tapiada que se colocó en 1978, cuando se llevó a cabo una importante remodelación en la plaza.

De esta etapa son los pocos restos que hallaron al principio de su intervención. «Hay numerosos envoltorios de chucherías y cucharillas de helado», indican los arqueólogos. En cuanto a las monedas, la más antigua que ha aparecido data de la década de 1960.

El material de época de la primera mitad del siglo XX, se concentra en el hallazgo de «restos de cerámica y una botella de Jerez de la marca González Byass, característico de aquella época», apuntan los expertos.

En el interior se han topado con «recubrimientos de bombillas, latas de conservas y diferenciadores eléctricos, así como una balda que sigue en el mismo lugar que hace casi un siglo».

Solo queda que los especialistas documenten todo lo que se encuentren y realicen un levantamiento completo a fin de localizar cada uno de los elementos, tales como respiraderos, otra puerta de acceso o el sistema de iluminación.

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