La resistencia numantina de la estación de Navacerrada que el Gobierno de Sánchez quiere cerrar
La situación actual es de incertidumbre, ya que falta una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León
La Comunidad de Madrid respalda que siga abierto frente al Ejecutivo central
Ya ha caído la primera nevada de la temporada en la estación de esquí de Navacerrada. Este enclave de la región resiste ante la muerte anunciada por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Se cumplen dos años desde que el ministerio de Transición Ecológica quiso inhabilitar tres pistas de la estación tras caducar la concesión de 25 años que firmaron tanto el Ejecutivo central como el regional.
El Gobierno de Sánchez quiere evitar que se usen las pistas segovianas de Telégrafo, Bosque y Escaparate, ubicadas en un entorno natural como es la Sierra de Guadarrama. Ante el cierre, el Ejecutivo central no planteó ninguna solución, en cambio la Comunidad de Madrid prevé ampliar su parque regional.
La situación actual es de plena incertidumbre ya que falta una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) que acredite de quién es competencia la estación de Navacerrada. Hasta que el TS dicte su veredicto, todo seguirá como antes de la polémica.
Una de las claves de este enfrentamiento es que la disputa enfrenta al Gobierno de Castilla y León, gobernado por el PP, junto con el Ejecutivo madrileño y cerrudo –también dirigidos por los populares– contra el ministerio de Transición Ecológica, de Teresa Ribera. Si estos enclaves estuviesen dirigidos por el PSOE, la estación hubiese cerrado hace timpo.
El consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, ha subrayado que la estación de Navacerrada fue «la cuna del esquí prácticamente alpino. Los hermanos Ochoa nos dieron muchas alegrías y nos abrieron a un mundo que los españoles prácticamente no nos habíamos planteado».
En este sentido, ha remarcado que espera que la ministra Teresa Ribera rectifique y permita ampliar el contrato de concesión de la estación de Navacerrada. Lejos de que ceda el Gobierno de Sánchez, los madrileños se podrán poner los esquís hasta que el Tribunal se pronuncie.
La alcaldía de Navacerrada reside en estos momentos en manos del PP tras arrebatarle al PSOE el bastón de mando. Su alcalde Pablo Jorge Herrero ha aprobado en el pleno que salga a concurso una nueva concesión, solo falta que el ministerio firme y «no quite libertades a los madrileños».
El edil señala que la estación de Navacerrada tiene «un importante impacto turístico» para la región y, además, «genera entre 300 y 500 puestos de trabajo en multitud de municipios de la sierra», explica Herrero. Pese a estos valores positivos, el Gobierno de Sánchez quiere ahogar a Madrid.
Desde la propia estación han indicado que «ya van dos años que llevan resistiendo y que el cierre de la estación de Navacerrada es un paso marcha atrás porque representa grandes beneficios para muchas personas».
En este sentido, el portavoz de la estación, José Conesa, afirmaba a El Debate que «si hay un poco de sentido común, la Justicia nos dará la razón y se podrán mantener en marcha las instalaciones».
Con este horizonte temporal, las previsiones de inversión están en el aire, ya que «el propio sentido común empresarial impide ponerlas en marcha». Sin lugar a duda, la intención de la estación es dar más viabilidad a la entidad deportiva y «adaptar las instalaciones a las necesidades del siglo XXI», señalaba el hombre a El Debate.
Desde el ministerio de Transición Ecológica no se han pronunciado al respecto y Madrid espera que se posicione a favor de la pista de esquí por el bien de los madrileños y los turista que vengan a la región.