El adiós definitivo al monumento del 11-M en Atocha: este será el nuevo
Se prevé construir un memorial que multiplicará por cinco el espacio actual
El 11 de marzo de 2004 España quedó consternada por el ataque terrorista a cuatro trenes de la red de Cercanías. Fallecieron 193 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas. Para conmemorar a estas víctimas se construyó un monumento-homenaje que ha sido el centro de varios premios de arquitectura.
Ahora la Comunidad de Madrid con motivo de las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro a su paso por la estación de Atocha lo ha tenido que desmontar y sustituir por otro memorial que multiplicará por cinco el espacio actual.
En la actualidad las excavadoras, hierros y andamios se suceden para desmontar los últimos resquicios de este monolito y dar paso al memorial bajo tierra que le sustituirá.
Las obras de remodelación de la Línea 11 de Metro llevan aparejadas una remodelación de la estación de Atocha, que acogerá también una de las paradas de la nueva L11. Una nueva estación por la que pasarán, tras la remodelación, cerca de 15 millones de visitantes al año.
Estas obras afectarán al vestíbulo superior de la estación que actualmente ocupa el monumento a las víctimas del 11-M. El antiguo monumento tenía una superficie de 440 m², mientras que el nuevo proporcionará 1.993 m².
Tal y como se puede apreciar en los diseños planteados, la idea es que se cree un espacio a modo exposición en el que se pueda apreciar todo lo que significó este atentado en las vidas de los españoles.
De este total, 166 metros cuadrados los ocupara una zona de recogimiento que estará separada por una mampara de cristal. En el exterior de este memorial habrá una nueva zona verde. El homenaje será accesible, algo que hasta ahora no ocurría, ya que nadie podía llegar hasta el cilindro.
Todas las asociaciones de víctimas, en su reunión con el consejero, Jorge Rodrigo, han mostrado su respaldo a esta nueva construcción para obtener un memorial «más visible y accesible», informan desde el Gobierno regional.
Un intento por mantener el cilindro
Antes de que se procediera a su retirada, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid envió una carta al Gobierno de la Comunidad de Madrid para que reconsiderase el desmontaje del monumento a las víctimas del 11-M.
En la misiva pedía que se integrase el actual memorial en el nuevo vestíbulo de la Línea 11 de Metro en la misma estación. Además, hicieron hincapié en que el monumento fue el resultado de un concurso internacional al que se presentaron 283 propuestas.
El Colegio de Arquitectos de Madrid trató de dar amparo a los profesionales que en su día ganaron este concurso. «Entendemos que este se eligió entre decenas de trabajos y que, por tanto, tiene una calidad», rezaba el escrito.
Asimismo, añadía que «el jurado del concurso era de reconocido prestigio, además este se convocó a nivel internacional y, por tanto, todo ello tenemos que tomarlo en consideración».
«Creemos que no debe descartarse que se mantenga de alguna forma el monumento. Parece que, técnicamente, sí. Si se convoca un nuevo concurso, habría que tener en cuenta a este equipo y que se traslade parte de esta creación a través de los autores», insiste el decano.
La lucha por mantener el cilindro llegó hasta al Rey Felipe VI. Uno de los arquitectos que ganó el concurso, Mauro Gil-Fournier, escribió una carta al Rey para que no se eliminase.
En el escrito, el profesional le pedía que se frenara la demolición del memorial. «El monumento no se puede desmontar, solo se puede destruir. Y eso es lo que, tristemente, parece que va a suceder en los próximos días porque las obras ya están allí».
Y añadía: «No hay grandes explicaciones ni de la Comunidad de Madrid, ni del Ayuntamiento más allá de que es un plan y que tiene todas las aprobaciones para ser destruido», aseguraba.