ETA
50 años de la primera masacre de ETA en Madrid: 13 asesinatos que quedaron impunes por la amnistía de 1977
Una exposición homenajea en la capital a todas las víctimas y explica los antecedentes, el atentado y sus consecuencias a lo largo de cincuenta fotografías
Antonio y María Jesús, de veintiocho años, se casaron el 7 de septiembre de 1974 en Calatayud. Tras el enlace, pusieron rumbo a Madrid para disfrutar de su primer viaje como recién casados. Pero una bomba de ETA truncó su viaje y su vida para siempre. El 13 de septiembre, seis días después de la boda, morían asesinados en la cafetería Rolando de la capital, en la calle del Correo, en el que fue el primer atentado indiscriminado de la banda terrorista y por el que todos los autores quedaron impunes por la Ley de Amnistía de 1977.
Junto a Antonio y María Jesús, otro joven matrimonio -Baldomero y María Josefina-, con dos hijos de tres años y cuatro meses; María Ángeles, una estudiante de 20 años; la profesora Francisca de 45 años; un cocinero de la cafetería, Francisco, de 31 años, y un camarero, Manuel, de 26 años; Antonio, ferroviario de 55 años; Luis, comercial de 78 años y Concepción, administrativa de 65 años, también fueron asesinados hace este próximo viernes 50 años. Las otras dos víctimas mortales, Gerardo, padre de tres hijos, y Félix, Inspector del Cuerpo General de Policía, murieron a causa de las heridas del atentado terrorista el 29 de septiembre de 1974 y el 16 de enero de 1977, respectivamente. La masacre de ETA también dejó 70 personas heridas.
Ahora, la exposición Cincuenta imágenes para la memoria en la Real Casa de Postas de Madrid, que podrá visitarse de forma gratuita hasta el próximo 15 de septiembre, recuerda a los trece asesinados y las decenas y decenas de heridos en un recorrido en el que se recuerda la impunidad de los autores de la que fue la primera masacre de ETA. Los terroristas, al comprobar que habían acabado con la vida de tantos civiles -su idea era que en la cafetería habría muchos policías por su cercanía con la Dirección General de Seguridad (DGS) ubicada en la Puerta del Sol- ni siquiera se atrevieron a reconocer su autoría hasta 40 años después.
Bernat Oyarzábal Bidegorri y María Lourdes Cristóbal Elhorga fueron los encargados de colocar la bomba en la cafetería hacia las dos y media de la tarde de aquel fatídico viernes 13 de septiembre de 1974. Los especialistas policiales calcularon que el artefacto estaba compuesto por treinta kilos de explosivos y tuercas de unos dos centímetros de diámetro que actuaron como metralla para incrementar el daño. Tras el atentado, los responsables materiales, con la ayuda de la red de apoyo que ETA tenía en la capital de España, se refugiaron en un piso franco en Alcorcón, hasta que consiguieron huir.
Nunca fueron detenidos y el sumario 285/74 que recogía toda la investigación del que fue el mayor atentado de la banda terrorista ETA hasta la fecha, se cerró para siempre gracias a la Ley de Amnistía de 1977. Esa amnistía dejó impunes 71 asesinatos de ETA, todos los cometidos entre 1968 y 1977. En total, fueron 1.232 los etarras amnistiados, de los cuales 676 volvieron a delinquir.
La exposición
La exposición por el 50 aniversario de atentado de la cafetería Rolando, organizada por la Comunidad de Madrid y la Fundación de Víctimas del Terrorismo, abrió sus puertas el pasado lunes con un acto inaugural al que acudió el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local, Miguel Ángel García Martín, el presidente de la Fundación, Juan Benito Valenciano, la vicealcaldesa de Madrid, Inmaculada Sanz, y numerosas víctimas.
Entre ellas, Alicia Gómez Condado, hija de Francisco Gómez Vaquero, cocinero de la cafetería asesinado aquel día, quien tomó la palabra para reivindicar la memoria de las víctimas.
«Las víctimas son un ejemplo de valentía, de superación, de comportamientos ejemplares, mientras que durante muchos años fuimos testigos del terror y del dolor que seguía sembrando el terrorismo», afirmó.
«Aquel atentado nos cambió la vida para siempre. La madrileña calle del Correo se llenó de escombros, de dolor y de vidas y sueños truncados. Y tuvimos que aprender a vivir de otra manera, unos con la soledad impuesta de los ausentes y otros con heridas físicas y psicológicas perpetuas. Pero todos con el alma rota, aún después de 50 años», agregó.
Pero la vida siguió, continúo Alicia, «y nosotros con ella, con toda la dignidad que se ha podido, llevando una mochila que pesa tanto, llena de rabia y preguntas sin respuesta y en la que está escrito un cartel que dice 'víctima del terrorismo' pero, eso sí, un cartel cosido por dentro porque hemos vivido en soledad, teniendo la rotunda sensación de ser las víctimas olvidadas».
Las víctimas
A continuación, reproducimos los nombres y apellidos de todas las víctimas mortales del atentado.
- María Jesús Arcos Tirado
- Antonio Alonso Palacín
- Baldomero Barral Fernández
- María Josefina Pérez Martínez
- Manuel Llanos Gancedo
- Concepción Pérez Paino
- María Ángeles Rey Martínez
- Francisca Baeza Alarcón
- Francisco Gómez Vaquero
- Gerardo García Pérez
- Luis Martínez Martín
- Félix Ayuso Pinel
- Antonio Lobo Aguado