Asamblea de Madrid
La historia detrás del mural que preside la Asamblea de Madrid: la última obra de Lucio Muñoz antes de morir
'La ciudad inacabada' preside el salón de plenos del parlamento autonómico, ubicado desde 1998 en Vallecas
En 1998 la Asamblea de Madrid inauguraba su flamante nueva sede en Vallecas. Desde el Caserón de San Bernardo, los diputados regionales se trasladaron al sur de Madrid donde, desde entonces, les observa las última obra del prolífico pintor madrileño Lucio Muñoz.
Se trata de La ciudad inacabada, un majestuoso mural de madera de 138 metros cuadrados colocado sobre la tribuna del presidente de la Cámara, en la actualidad Enrique Ossorio, que pese a su belleza y su privilegiada ubicación, tiene una historia agridulce.
Y es que este vasto encargo, que le hizo Juan Van Halen, ex presidente de la Asamblea de Madrid, a Lucio Muñoz a finales de los noventa terminaría siendo el último del artista. Y no porque a sus escasos 68 años hubiera decidido retirarse de la pintura -un oficio que, según relata su hijo Rodrigo Muñoz Avia en su libro La casa de los pintores, fue mucho más que eso- sino porque la enfermedad tocó su puerta y se lo llevó antes de tiempo, sin que ni siquiera pudiera ver su mural colgado en el parlamento autonómico.
Muñoz sufrió los últimos meses de su vida un cáncer de pulmón que, sin embargo, no le apartó de su estudio en la calle de la Avutarda, donde también se ubicaba su casa familiar junto a su mujer, la también pintora Amalia Avia, y sus cuatro hijos varones. Precisamente, según cuenta su hijo Rodrigo en su entrañable homenaje a sus padres que es La casa de los pintores, fue ese encargo para la Asamblea de Madrid su motor para seguir en los últimos coletazos de su vida.
Todos los días, con ayuda de jóvenes ayudantes, Lucio Muñoz, en la medida que sus escasas fuerzas le iban permitiendo, trabajaba y daba férreas instrucciones sobre cómo tenía que ejecutarse el mural, que buscaba ser un recordatorio a los parlamentarios de que están ahí por y para el pueblo. Un deseo que, 26 años después, a buen seguro se ha cumplido entre los cientos y cientos de diputados que han pasado por la Asamblea bajo la atenta mirada de 'La ciudad inacabada'.
Lucio Muñoz logró terminar su última obra, esa que le hubiera gustado que fuera 'sus Meninas', es decir, la obra cumbre de su vida como lo fue ese cuadro para Velázquez. Sin embargo, para su hijo, su extensa carrera, plagada de grandes éxitos y reconocimientos, no dejó espacio para que una única obra destacara sobre el resto.
El pintor falleció el 24 de mayo de 1998, apenas cuatro meses antes de que la nueva sede de la Asamblea de Madrid fuera inaugurada. No obstante, el legado de Lucio Muñoz permanece indeleble en su obra, testigo de honor de la política madrileña desde hace más de un cuarto de siglo.