La inseguridad y el malestar en Carabanchel continúan con la detención de cuatro personas en el edificio okupa
La protesta pacífica se vio interrumpida por la reacción de algunos okupas, que respondieron con insultos y lanzaron huevos desde sus viviendas
La situación de violencia e inseguridad continúa en la urbanización okupa de la calle Excelente, en Carabanchel. En las últimas horas, la Policía Nacional ha detenido a cuatro personas que viven en el edificio, entre ellas tres mujeres. El domingo por la noche se arrestó a una mujer por una agresión, mientras que este lunes por la mañana fueron detenidas dos hermanas por un caso de maltrato familiar tras una pelea. En el mismo inmueble fue aprehendido otro hombre por un delito relacionado con extranjería.
El pasado sábado, los vecinos de Carabanchel organizaron su primera manifestación para exigir la expulsión de las familias okupas y denunciar el clima de inseguridad que sufren desde diciembre.
Aunque hasta entonces habían limitado sus quejas a las redes sociales y a declaraciones a los medios, decidieron salir a la calle. Mientras la mayoría protestaba frente al edificio, algunos inquilinos optaron por golpear cacerolas desde la azotea.
Durante la manifestación, los residentes denunciaron la situación que viven desde hace casi dos meses, conviviendo con 26 familias okupas, de las cuales solo dos han abandonado el edificio.
Según los vecinos, los okupas han generado numerosos incidentes: peleas, episodios de violencia machista y fiestas que perturban la convivencia. Incluso han instalado un portero para controlar los accesos al edificio.
La protesta pacífica se vio interrumpida por la reacción de algunos okupas, que respondieron con insultos y lanzaron huevos desde sus viviendas. Esto obligó a la intervención de la Policía Nacional, que acudió al lugar para calmar la situación.
Hasta ahora, las autoridades han detenido a siete personas vinculadas al complejo. Entre los casos más recientes destaca el de un menor peruano de 13 años, que agredió a su novia, aunque por su edad no es penalmente responsable.
La ocupación masiva tuvo lugar durante el puente de la Inmaculada, cuando cerca de 30 familias llegaron al complejo en furgonetas, cambiaron las cerraduras de los pisos y se instalaron en los mismos ante el asombro de los vecinos legales.
La primera empresa contratada para desalojarles no logró resultados, y el enfrentamiento con los okupas derivó en una batalla campal con heridos. Posteriormente, la inmobiliaria contrató a una segunda empresa, Servi-Okupa, que hasta el momento solo ha conseguido que dos familias abandonen el lugar y asegura que continúa negociando.
Los vecinos también reclaman una mayor implicación y transparencia, ya que critican que la empresa no les informa sobre las medidas que se están tomando para resolver la situación.