Fray Santiago y fray Anselmo.

Fray Santiago y fray Anselmo.Gustavo Morales

Crónicas castizas

Nada menos que todo un fraile

Hay hombres cuyos nombres merecen ser tallados en montañas, pero los que esculpimos, oficio de escribidor, no somos lo bastante altos ni fuertes. Son esas pequeñas luces que iluminan la desesperanza de los desheredados, de cuantos no somos dignos del amor de Dios y por ello nuestro agradecimiento es mayor. Gracias, Señor

Hay casos a nuestro alrededor apenas visibles al ojo humano, estos casos devuelven la fe en la grandeza del hombre, que rebeló a los ángeles, por cuya salvación Jesús asumió nuestra miserable naturaleza humana. Dios nos habla de muchas maneras. A través de la ciencia hace decir a Albert Einstein sobre la creación del Universo que «Dios no juega a los dados». A través del amor de Dios lleva a la felicidad lo que a esta sociedad le parece una negación de sí mismo. Después de escandalizarse de esto se harán budistas, la fe sin Adonai ni Eli.

Fray Santiago y fray Anselmo.

Fray Santiago y fray Anselmo.Gustavo Morales

Soy un hombre con muchos defectos, muchos y grandes. Sobre ellos destacaba antaño uno: la ira, al menos hasta que mi sistema circulatorio decidió dejar de ser amigo mío. Los días en que me devoraba ese pecado capital a veces sin saber por qué llama fray Santiago y el mundo se ilumina apacible, desaparecen las tinieblas y las maldiciones mueren en mis labios, mi alma se aquieta. Quiero decirte que él es sólo un hombre y eso precisamente es lo extraordinario, no es un mentido superhéroe de Marvel ni un arcángel . Es un hombre que teniéndolo todo a favor ha elegido, lo dijo fray Anselmo, el camino estrecho y lo recorre alegre. Se dice fácil y corto. Y lo hace, como otros frailes y monjes, sonriendo, sin mirar atrás ni lamentar ni siquiera por un instante lo perdido porque es nada respecto a lo ganado. Es duro, muy duro, pero también la autopista a la salvación porque «el que no ama no ha llegado a entender a Dios porque Dios es amor» nos grita el Evangelio.

Es algo muy grande. Hace años nos comunicaba ese amor por el Creador y Redentor , haber recibido la llamada, San Pablo camino de Damasco, un profesor universitario brillante, joven y guapo, oficial del Ejército, con un futuro más que prometedor garantizado, al pater Luis Fernando y a mí en una entrevista para El Rotativo, el periódico de los alumnos del CEU en que tuve el privilegio de estar. El mismo entusiasmo, años de monasterio después, brillaba en él cuando hizo sus votos perpetuos, el mismo. Si acaso hay ahora en él una paz tremenda. No es la paz de los cementerios ni de los ignorantes. Es la paz de los elegidos. La misma que había en el rostro ascético de fray Anselmo.

Como nadie enciende una vela para ponerla en un armario, y tiene mucho qué decir, sus artículos aparecían en El Rotativo, invito a leerlos aunque ahora es difícil, como a asistir a sus conferencias o conseguir sus libros, blindado con tus manías y prejuicios si quieres, lector. Aporta una paz profunda y una sapiencia amplia; leer es compartir la sabiduría de otro que se ha molestado en organizar su pensamiento en palabras. Fray Santiago conoce la manera de amar del corazón y también la de «la inteligencia como acaso no entienda el corazón». Y hace que muchos católicos dejemos de ser anticlericales ante las dudas que a veces nos despiertan nuestros pastores. Fray Santiago sonríe y descarta el odio, disipa el rencor, difumina la duda.

Por eso se alegró mi alma cuando mi hija a la que tanto quiero le eligió para oficiar su boda, en el recinto sagrado de Cuelgamuros, un lugar de paz y oración.

El día de la consagración.

El día de la consagración en abril.Gustavo Morales

Ese día de abril en el Valle ha sido tan especial que le pasará como al 11 de septiembre en que la Diada del narcisismo egoísta de los catalanistas, su fecha señalada, quedó sepultada para siempre en los medios por otro 11S, el de Nueva York.

Un fray Santiago sonríe beatífico sin considerar que los mercaderes del templo y los odiadores han subastado sus vestiduras, porque si hay que volver a ser doce y empezar de nuevo no habrá dudas en su alma sino amor, un amor tremendo que nos anega a y desarma a cuantos nos acercamos iracundos y hoscos empuñando la espada de Pedro ante Pilato y Caifás, unidos una vez más en la vileza.

La cruz y los monjes

La cruz y los monjesGustavo Morales

Algunos, por mucho que nos afanemos, no añadiremos un codo a nuestra estatura menguante, por eso citando al poeta Leonard Cohen recuerdo hay hombres, que no son dioses, cuyos nombres merecen ser tallados en montañas para eternizarlos en el tiempo, pero los que esculpimos, oficio de escribidor porque los hombres ya no escribimos en piedra, no somos lo bastante altos ni fuertes y buscamos esas pequeñas luces fulgurantes que iluminan la desesperanza de los desheredados redimidos, de cuantos no somos dignos del amor de Dios y por ello nuestro agradecimiento es mayor. Gracias, Señor, por darnos a fray Santiago.

12
comentarios
tracking