Madrid implementa ayudas para el ganado bovino tras la muerte de 720 por el 'covid de las vacas' en 9 meses

La Comunidad de Madrid ha aprobado por primera vez una línea de incentivos destinada a compensar las pérdidas económicas de los ganaderos y asegurar la viabilidad de sus negocios tras los graves efectos de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE). El apodado ‘COVID de las vacas’ ha producido 720 muertes en animales entre agosto de 2023 y finales de mayo de 2024.

Esta medida también tiene como objetivo evitar incrementos en los precios de los alimentos debido a la disminución en la producción.

Podrán optar a estas ayudas los propietarios de granjas bovinas dedicadas a la producción de leche y carne, así como a la reproducción de razas de lidia y cabestros, centros de concentración y cebaderos. Las explotaciones deben estar registradas en el registro autonómico y cumplir con la normativa de sanidad e identificación animal. Además, deben haber notificado la presencia de la enfermedad a partir del 15 de julio de 2023 a través de las Asociaciones de Defensa Ganadera.

El gobierno regional tiene previsto ampliar la inversión inicial a medida que se vayan presentando solicitudes y realizando los pagos correspondientes. Esta línea de ayudas estará vigente a lo largo de 2024 y cuenta con una dotación presupuestaria total prevista de 1,1 millones de euros. Las cuantías de las ayudas variarán según el número de animales registrados en la explotación, cubriendo gastos veterinarios que oscilarán entre 800 y 6.000 euros.

Además de los gastos veterinarios, se compensarán las pérdidas por fallecimiento de los animales, con cantidades que dependerán de la edad del ejemplar: 500 euros para los menores de 24 meses, 1.000 euros para aquellos entre 24 meses y diez años, y 750 euros para los mayores de diez años. La apertura de solicitudes se anunciará próximamente en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid y en el portal corporativo regional.

El gobierno madrileño ha liderado en España la implementación de un plan integral para mitigar los severos efectos de la EHE, ofreciendo apoyo tanto a asociaciones agrarias como a propietarios afectados. Además de las subvenciones aprobadas, se ha propuesto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación realizar un estudio sobre la prevalencia de la inmunidad, anticipando la posibilidad de un rebrote el próximo año. También se ha solicitado la creación de una vacuna o la inclusión de la EHE en las pólizas de Agroseguro.

En apoyo a la detección temprana de animales enfermos en explotaciones extensivas, se ofrece un servicio gratuito de préstamo de drones equipados con cámaras térmicas, facilitando la identificación mediante diferencias de temperatura. Adicionalmente, se ha establecido un Protocolo de Colaboración entre la Universidad Complutense y el Colegio Oficial de Veterinarios para llevar a cabo un estudio de detección de anticuerpos. Este estudio incluye el análisis de 900 muestras de bovinos procedentes de 100 localizaciones, con seguimiento de los resultados positivos y negativos.

En la Comunidad de Madrid, desde agosto de 2023 hasta finales de mayo de 2024, se han confirmado casos positivos en 532 animales y se han registrado 720 muertes. Actualmente, existen 1.554 explotaciones de bovinos con un total de 98.672 ejemplares. La morbilidad se sitúa en un 5%, con una tasa de mortalidad del 0,8%.

La EHE es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa que se transmite a través de vectores, principalmente insectos, y no afecta a los seres humanos, por lo que el consumo de leche y carne puede continuar sin riesgos. El período de incubación oscila entre dos y diez días, y los síntomas son variados, incluyendo letargo, debilidad, cojeras, dificultad para caminar, úlceras en la boca, malestar, secreción nasal y diarreas en los animales afectados.

Actualmente, no hay vacunas autorizadas en la Unión Europea para la EHE, por lo que el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y garantizar la hidratación adecuada. La prevención más efectiva consiste en el uso de insecticidas y larvicidas en instalaciones y medios de transporte para controlar los vectores transmisores.