La trayectoria de Urkullu: desde la oposición hasta el pacto con el PSE

Iñigo Urkullu (Alonsotegi, 1961) dice adiós al PNV tras la decisión del partido de buscar un relevo generacional que busca ampliar fronteras y captar nuevos votantes. El lehendakari deja atrás tres legislaturas a sus espaldas y doce años al frente del Gobierno vasco convocando elecciones el 21 de abril.

Su ascenso al liderazgo político regional se ha visto marcado por una trayectoria que ha evolucionado desde la oposición hasta forjar pactos con otras fuerzas políticas para poder gobernar.

Urkullu siempre ha estado en contacto con la política y se define como un hombre de partido. Su etapa se remonta a diciembre de 2007, cuando fue nombrado presidente del EBB del PNV. Tras el abandono de la política de su antecesor Josu Jon Imaz, fue elegido por unanimidad para asumir las funciones al frente del partido e intentar coser las heridas que el abandono de su líder provocó. Durante este periodo, desempeño un papel clave en la modernización y consolidación interna del PNV.

Sin embargo, en 2009, aunque Juan José Ibarretxe –para entonces líder del PNV– fue el ganador de las elecciones, el PNV fue trasladado a la oposición por el acuerdo entre el PSE y el PP en el Parlamento Vasco, convirtiendo al socialista y ahora diputado Patxi López, en lehendakari.

2012 sería un año clave. Tras la renuncia de su predecesor, Juan José Ibarretxe, Urkullu se convirtió en el candidato del PNV para la presidencia del Gobierno vasco. Su campaña se centró en la promoción de políticas económicas y sociales progresistas, así como en la búsqueda de una relación más equilibrada con el gobierno central español. Urkullu supo jugar sus cartas y mediante mediaciones con el Presiente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero, y su capacidad para mediar a base del dialogo, consiguió mantener la influencia del partido.

Urkullu logró una victoria histórica en las elecciones autonómicas de 2012, convirtiéndose en lehendakari y liderando un gobierno en minoría. Fue también en 2012, el año en que ETA anunció el final de sus acciones terroristas y su reciente legalización complicó el terreno de juego. Sin embargo, los jetzlaes supieron subsistir aun perdiendo 3 escaños con respecto a 2008.

Fue en su segundo mandato, en 2016, cuando Urkullu demostró su habilidad para forjar acuerdos políticos. Consciente de la necesidad de estabilidad y consenso, comenzó a explorar la posibilidad de un pacto con el PSE-EE. La tarea no fue sencilla pues el PSE era un partido con el que tradicionalmente había tenido diferencias. Este pacto supuso un hito en la política vasca, ya que por primera vez en décadas el PNV compartía el poder ejecutivo con su principal partido de la oposición.

En 2020, la trayectoria política de Iñigo Urkullu estuvo marcada por el desafío sin precedentes de la pandemia. Gran parte de su recorrido político lo ha recorrido en minoría, pero en esta última legislatura, volvió a contar con el apoyo de PSE-EE.

Tras 12 años en el poder, Urkullo ha sabido mantener el respaldo de la población vasca en alza; de los 27 escaños de 2012 creció hasta 28 en 2016, y 31 en 2020. Sin embargo, aunque Urkullu haya sido una figura prominente en el PNV, su último mandato se ha visto convulso por los efectos de la pandemia, una mala gestión de la sanidad y de la educación, lo que ha conllevado a un descontento general de la sociedad vasca.

El partido quiere apostar por un «cambio de ciclo» y ha elegido a Imanol Pradales como el nuevo candidato a lehendakari por el PNV.