Desesperación por una cerveza: los goles que se marcan en Qatar y se celebran en Dubái
Sesenta vuelos diarios, animación cosmopolita y restricciones de última hora al consumo de cerveza en Qatar benefician a Dubái, que se convierte en una de las ciudades más visitadas de 2022
Las «fan zones» de Dubái, donde se pueden ver los partidos en pantallas gigantes, están abarrotadas y el ambiente es festivo, especialmente en aquellas situadas en las playas. Hay un algo que recuerda a Ibiza en pleno Oriente Medio, parecen más bien festivales de música que eventos deportivos. En ellas no solo se puede beber, comer, apoyar al equipo del que uno es fan y vivir casi tanta emoción (o paradójicamente incluso más) que en los propios estadios qataríes. Los hinchas de los países participantes han optado en muchos casos por la animada vida nocturna de Dubái en lugar del ambiente cerrado de Doha. La decisión de última hora de Qatar de prohibir la venta de alcohol en los alrededores de los estadios ha contribuido más a esta curiosa situación, favorecida por la buena conectividad aérea durante el torneo. Nada menos que 60 vuelos diarios unen durante la competición las ciudades de Doha y Dubái. La duración del trayecto, de tan solo una hora, y la dificultad para encontrar alojamiento en el país sede de la copa del mundo de futbol han contribuido igualmente a poner este broche de oro en afluencia de visitantes en Dubái. A pesar de las restricciones en la movilidad en muchos países y la guerra de Ucrania, el dinámico emirato culmina un año record en visitantes extranjeros, con la celebración de la Expo, y se consagra como una de las ciudades más dinámicas y animadas no solo de la región.
Dubái es, de lejos, la ciudad con un ambiente más futbolero de todas las de Oriente Medio, incluida la rica y anfitriona Doha. El ambiente festivo comienza en los dos aeropuertos de Dubái, en cuyos bares se ha terminado la cerveza algunos días de partido. En una ciudad donde el 90% de sus 3,5 millones de habitantes son expatriados, hay aficionados de todas las nacionalidades. Ayer pudo sentirse especialmente la presencia de los 100.000 británicos que viven en la capital comercial y de negocios de EAU. Como muchos de los partidos se juegan entre semana, en el centro financiero de la ciudad, las empresas han alquilado salones ex profeso para sus empleados, que incluyen comida y bebida.
Otro de los factores que juega a favor de Dubái es que la ciudad se encuentra en plena temporada turística, consagrada ya como destino con grandes atractivos para quienes buscan el sol de inverno. Según datos del Gobierno, el tráfico de pasajeros ha eclipsado las cifras anteriores a la pandemia, superando los 6 millones al mes durante el tercer trimestre del año. La aerolínea dubaití Emirates ha registrado un aumento de pasajeros del 228% en sus resultados del primer semestre. En septiembre, último dato estadístico disponible, los hoteles registraron una ocupación media de más del 70 por cierto y una tarifa media diaria aproximadamente una cuarta parte superior a la de antes de la pandemia. Y aunque la ciudad tiene 100.000 plazas hoteleras más que Madrid, ya tiene casi el cartel de completo para Navidades en la que promete ser una temporada que marque un nuevo record, consagrando a Dubái como una de las ciudades más visitadas del mundo. Sus opciones de ocio, clubs donde se mezclan los ritmos asiáticos y árabes, y su creciente oferta gastronómica de calidad hacen que ir al mall de compras no sea la única opción. 6 restaurantes de la ciudad tienen al menos una estrella Michelin. El Hotel Bulgari, considerado el mejor de la ciudad, cuenta con tres estrellas: dos en su célebre italiano Nikko Romito, y una tercera en su excelente japonés, Hoseki. Su bar forma parte de la lista de los 50 best. El hotel, dirigido por el español, Pep Lozano, es además una de las opciones más elegantes y exclusivas para disfrutar de los partidos, con una pantalla gigante desplegada en su elegante Yatch Club.
Son los hoteles lifestyle los más animados y bulliciosos, los preferidos de los hinchas para socializar mientras se celebran los goles. Ninguno ha renunciado a sus promociones «FIFA Word Cup». Alejadas las altas temperaturas del verano en el Golfo, el tiempo en diciembre es perfecto para ver los partidos en las terrazas, donde se han situado las grandes pantallas. Una de las más recomendables, por las vistas que ofrece, es la del hotel Avani Palm View, situada en la última planta del edificio y que permite ver los partidos observando al mismo tiempo el sorprendente y futurista skyline dubaití, especialmente interesante en este lado de la ciudad. El flamante W, abierto hace unos meses, también en la zona de The Palm, es el «place to be» del momento y nos recuerda que Dubai puede ser tan «party city» como Barcelona. Justo a los pies del hotel se encuentra una de las «fan zones» más concurridas de Dubai, BUD X FIFA Festival, junto al puerto. Patrocinada por Budweiser, con capacidad para albergar hasta 10.000 personas y una pantalla junto al mar de 330 metros cuadrados, es lo más parecido que uno puede sentir al ambiente de un estadio sin estar en él. Incluso, con algunas comodidades adicionales. El precio de la cabaña supera los 3.000 euros el día de la final, que incluye naturalmente una super oferta gastronómica. El amplio espacio, en su conjunto, tiene food trucks, opciones de picnic, actuaciones en vivo y hasta un pop-up club Pure White con actuaciones después de los partidos. Con la entrada más barata y la más cara, todos pueden ver los resultados en la gran noria de la ciudad, que va mostrando los marcadores de los partidos. Dubái, en definitiva, revalida su buen cartel en ofrecer buenas experiencias sociales en eventos deportivos que se celebran a miles de kilómetros de sus fronteras, desde la Super Bowl hasta el «clásico» de la liga española. La final, la juegue quien la juegue, en cierto modo, la ganará Dubái. Y sin gastarse un Dirham en construir estadios futuristas.