Torre Melina Gran Meliá, la segunda vida del hotel de Barcelona donde durmieron reyes y celebrities
El que fuera hotel Juan Carlos I, construido para los Juegos Olímpicos, reabre con 391 habitaciones y una importante apuesta gastronómica
hay hoteles emblemáticos que forman parte del paisaje urbano y la historia de la ciudad. En el caso de Barcelona, en la avenida Diagonal, frente al barrio de Pedralbes, se erige imponente la silueta del edificio del nuevo Torre Melina Gran Meliá. El que fuera hotel Juan Carlos I, construido en 1992 de la mano del arquitecto Carlos Ferrater y con motivo de los Juegos Olímpicos, comienza una nueva andadura.
Al entrar, lo primero que llama la atención es su lobby y cómo la luz reina en una estructura central vertical con 16 plantas, en las que se distribuyen 391 habitaciones, de las cuales 61 son suites. Ejecutivos con portátiles y clientes trajeados entran y salen constantemente.
El alojamiento toma el nombre de una antigua masía del siglo XII en cuyos terrenos se encuentra el edificio principal. Ha tenido una inversión de 40 millones de euros aportados por el fondo Tyrus.
En el pasado, la familia Bin Nasser, una de las ramas de la realeza de Arabia Saudí, fue la propietaria de este hotel. Y por su suite real pasaron el Rey Juan Carlos, el Rey Faisal o Athina Onassis. También era habitual la presencia de la Infanta Cristina y se dice que en su azotea Alejandro Sanz compuso algunas de sus canciones más famosas. Hoy en día, es el hotel donde se concentran los futbolistas del Barcelona y recibe a otros muchos VIPs, aunque mantienen la discreción habitual.
A nivel gastronómico, el restaurante ERRE Barcelona, un asador de lujo con el fuego y la brasa como hilo conductor, es el gran reclamo. Íñigo Urrechu nos explica que erre en euskera significa quemar. Carne, pescado y marisco o verduras que asan al fuego con distintas maderas: de naranjo para las verduras, salteadas en el interior de rudimentarias castañeras, para rozar las brasas; de olivo para los pescados, y de encina para las carnes.
El hotel también cuenta con el primer Beso Beach urbano, para comer con los pies en la arena, a solo 15 minutos del centro de Barcelona. Beso Beach Pedralbes destaca por sus arroces, sus mejillones y el ritmo que pone el Dj. Finalmente, está disponible el all-day-dining restaurante L’Amaranta.
Fiesta de inauguración
La inauguración del hotel se celebró el pasado 5 de septiembre y contó con Gabriel Escarrer, presidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, Tony Chedraoui, fundador y CEO de Tyrus Capital, como anfitriones, y numerosos rostros conocidos. Judit Mascó ejerció de maestra de ceremonias y por photocall pasaron Juan Betancourt, Lulu Figueroa, Verónica Blume o Miriam Giovanelli.
Durante el acto, que dio comienzo en los jardines modernistas que rodean Torre Melina, brillaron las voces de Montserrat Martí Caballé y Javier Palacios que juntos interpretaron Barcelona, de Freddie Mercury. Los exuberantes jardines de 25.000 metros cuadrados han sido diseñados por Josep Fontserè i Mestre e incluyen árboles centenarios y un precioso lago.
Al final de la velada, se presentó la nueva azotea de la planta 16 con unas vistas panorámicas sin precedentes a toda la ciudad. Sin olvidar, la joya de la corona, el club de bienestar Thai Room Spa, dirigido por Meritxell Llorca, quien iba para periodista y se acabó formado con los mejores masajistas del mundo en Tailandia y Bali. De hecho, todos los tratamientos los practican expertas nacidas en Tailandia. Meliá también gestiona desde el pasado octubre con la reactivación del Palacio de Congresos.
La apertura de Gran Meliá Torre Melina supone una inyección económica para la ciudad. Escarrer destacó especialmente «la recuperación de la práctica totalidad de los empleados de la antigua propiedad del hotel, a los que se sumaron casi 150 nuevos puestos de trabajo, alcanzando un total de aproximadamente 400 empleados». Asimismo, resaltó «el impacto indirecto del gasto realizado por los clientes en aeropuertos, comercios, restauración, cultura y ocio en la ciudad, que se cifra en torno a los 100 millones de euros anuales».
Las habitaciones tienen un precio medio de 300 euros, con una excepción: el ático de súperlujo de tres plantas, cuyas tarifas no bajan de los 2.000 euros por noche. El precio de dormir a cuerpo de rey.