Moda
Las joyas preferidas de Doña Letizia
La Reina recurre a grandes piezas en cenas de gala, pero se limita a algunos básicos en el resto de las ocasiones
Esta pasada semana corrieron ríos de tinta por el piercing que la Reina ha añadido a su lóbulo izquierdo. Incluso en el extranjero este simple detalle hizo que algunos medios la denominaran 'la reina rock & roll'. Y es que la elección de joyas, aunque sea menos visible que la de atuendos, tiene muchas segundas lecturas e indica el estilo de cada persona.
Si bien en sus comienzos como princesa de Asturias Doña Letizia solía lucir los discretos pendientes de brillantes que le regalaron los reyes para su boda o los pendientes largos de brillantes y perlas que le habían cedido, varios años después –y sobre todo desde que es Reina– se decanta por modelos más sencillos y variados. Los pendientes siguen siendo, no obstante, su joya fetiche y con la que se encuentra más favorecida, ya que es poco dada a ir recargada. Son muchos los estilos, materiales y colores de los pendientes que utiliza. Para las grandes ocasiones, desde que es reina escoge los enormes pendientes de chatones rodeados de brillantes que pertenecieron a Victoria Eugenia. Impresionantes y sencillos a la vez. Los combina con las tiaras de la familia, pero también los lleva en algún evento menos vestido.
Dos de sus piezas favoritas son las pulseras gemelas art decó de Cartier. Estas dos preciosidades fueron un invento de Reina Victoria para utilizar más a menudo una antigua corona pequeña que Alfonso XIII le había regalado antes de su matrimonio. Inicialmente, la coronita de brillantes, realizada por Cartier, contaba con una base hecha de esmeraldas, rubíes y diamantes. Ya en el exilio, Victoria Eugenia pidió a Cartier que la desmontara y le hiciera con los brillantes dos pulseras gemelas de estilo art decó, muy modernas para la época e incluso para la actualidad. Doña Letizia las lleva con frecuencia, a veces juntas y en ocasiones una en cada brazo.
Tanto los pendientes de chatones, como las pulseras gemelas, forman parte de las «joyas de pasar» que instauró Victoria Eugenia, aunque otras dos de las piezas estrella de esa colección las utiliza a menudo Doña Letizia desde la coronación de Don Felipe. Una sería la tiara 'Flor de Lys', creada por Ansorena para Victoria Eugenia por encargo de Alfonso XIII para su boda, la pieza más importante del joyero Real, extremadamente vistosa, que Doña Letizia utiliza ahora en cenas de gala.
La otra pieza, que esta última Pascua Militar protagonizó varias imágenes al caer al suelo, es el broche de perlas y brillantes del que cuelga la perla «Peregrina» o su sustituta, no sabemos bien del todo. La perla es una pieza que se remonta a María Tudor, cuando Felipe II, su marido, se la regaló tras haber sido encontrada en el Caribe. María Tudor, hija de Catalina de Aragón –hermana de Carlos I, padre de Felipe II– la lleva en un cuadro que se expone en el Museo del Prado. Se supone que José Bonaparte huyó de España con varias joyas importantes de la corona española, y La Peregrina fue heredada por su sobrino, Napoleón III, que se casó con Eugenia de Montijo. Ellos tuvieron que venderla al marqués de Abercorn al estar en el exilio y luego la historia se complica.
Pero Doña Letizia prefiere escoger piezas algo más sencillas, como los pendientes de aguamarinas de Bulgari que luce a menudo, e incluso tan básicas como el anillo de plata sobredorada de Karen Hallam que se dice le regalaron sus hijas y del que no se separa. Otras de sus joyas fetiche son los pendientes de estrellitas de brillantes de Chanel, que le regalaron a ella o a la Princesa Leonor cuando esta última nació y Doña Letizia ha llevado incluso a la proclamación del Rey Felipe. También escoge muy a menudo últimamente unos pendientes de aro dorados con forma de caña de bambú de la marca de bisutería española Coolook. La Reina guarda un estilo relativamente austero y sabe combinar bien sus accesorios para acrecentar la visibilidad de sus atuendos, tanto con 'las joyas de pasar' como con la bisutería que escoge para su joyero habitual.