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Con chándal y joyones, 'Soy Georgina'
El docureality sobre la novia de Cristiano Ronaldo tuvo este jueves su estreno
La cantante Martirio, en sus Sevillanas de los Bloques, explicaba la vida de un ama de casa de barrio en los años 80, obsesionada con las compras. «Con chándal y tacones, arreglá pero informal, él me saca a pasear…Con chándal y tacones, me voy pal Hiper». Con similar formato, Georgina Rodríguez podría cantar Con chandal y joyones, me voy a Hermès.
El lujoso y exagerado guardarropa de Georgina Rodríguez protagoniza su recién estrenado docureality, que comenzó en la noche de este jueves en Netflix, Soy Georgina. La novia de Cristiano Ronaldo, madre de una hija en común y ahora esperando gemelos del astro de Madeira, hace un gran despliegue de 'posibles'. Con la frase «antes vendía bolsos, ahora los colecciono» resume su historia de Cenicienta.
Cuenta Georgina cómo llegó a Madrid con lo justo, vivió en un antiguo sótano y comenzó a trabajar unos meses como vendedora en el Gucci de Serrano con Ortega y Gasset de Madrid. Allí conoció a Cristiano. Y su vida «cambió radicalmente al encontrar el amor». Cristiano, que es generoso y no escatima con su familia, la ha colmado de bolsos, calzado, ropa y joyas, que parece ser lo que a ella más le interesa, junto con realizar viajes en el avión privado de Cristiano.
«Soy Georgina Rodríguez, tengo 27 años y hace cinco mi vida cambió. Gracias al amor mi vida hoy es un sueño. Tengo millones de seguidores y soy la mujer del hombre más seguido del mundo». Georgina explica cómo le encanta ir enjoyada y a la vez con chándal y zapatillas deportivas, una combinación que ha puesto de moda en ciertos entornos.
Solo en 2021, Georgina estrenó más de 20 bolsos de grandes marcas, siendo la marca más habitual en sus posts Hermès. Su colección de Birkins es variadísima: los de cocodrilo le han costado en torno a 60.000-80.000 euros. Aunque la casa francesa cuenta que hay lista de espera, lo que se hace es vender bajo pedido, ya que sus stocks/inventarios serían costosos de financiar para la empresa. El hecho de que no etiquete en su página de Instagram a estas marcas quiere decir que no le han regalado las piezas, sino que las ha comprado ella. Puede ser que alguna marca prefiriese no estar representada de modo tan omnipotente por Georgina Rodríguez, por muy guapa y encantadora que sea. No sabemos lo que aprecian -o no - en Hermès que ella no se despegue de sus Birkins, aunque ya el hecho de que los lleven las Kardashian ha cambiado mucho la imagen de la marca.
También es Georgina una aficionada a las zapatillas deportivas de luxe, como las Dior Air Jordan de 1.900 euros que ha llevado. Según sus propias palabras, su combinación favorita es chándal de marca, deportivas de luxe, bolsazo y joyas.
Pero Georgina cae bien. Gusta su sinceridad y su naturalidad. También el hecho de que se ocupe de la familia, incluso de los niños de Cristiano, con todo el cariño. A menudo acompañada de alguna amiga, y casi siempre con los niños, recorre París o Laponia con el mismo entusiasmo que posa en su yate en Mónaco los días de la Fórmula 1. Gusta su positividad, su eterna sonrisa y su paciencia con Ronaldo. Sin ser un ejemplo para los jóvenes, lo cierto es que su manera de tener los pies en la tierra, su capacidad de disfrutar y su modo cariñoso de agrupar la familia que Cristiano está creando con ella, la han convertido en una alegre cenicienta del siglo XXI.