Isabel II, la eterna corrección estilística

Ahora que se anuncia la muerte de una reina admirable, de una mujer muy exigente consigo misma y de una personalidad querida por sus súbditos, es justo recordar que su promesa de servicio al pueblo británico y a la Commonwealth también se extendió a una impecable corrección en los atuendos con los que les representaba. Repasamos algunas curiosidades de su guardarropa.

1. Siempre vestida de colores reconocibles. En sus actos públicos en grandes espacios, escogía destacados tonos amarillos, rosas, rojos, azules o verdes en «total looks», es decir en conjuntos completos que se podían identificar desde lejos.

2. Guantes en toda circunstancia. Por higiene, por protección, por frío, por elegancia, la reina siempre –incluso al recibir en el propio palacio de Buckingham a mandatarios o primeros ministros– cubría sus manos con los guantes de Cornelia James.

3. Sus icónicos bolsos. Los Lautner, hechos para ella a medida y reparados permanentemente para no gastar más de la cuenta, han sido su accesorio más preciado, donde guardaba gafas, kleenex y barra de labios. Al morir la Reina Madre heredó a su vez otros 200 bolsos más, con lo que en la colección de Isabel II no falta ni un tono ni un material.

4. Modistas en «casa». Su ropa habitual la han llevado a cabo las modistas de palacio, siempre privilegiando su silueta y su gusto por los tonos claros y los tejidos floreados. Angela Kelly, diseñadora de moda y modista, ha desempeñado el rol de asistente personal y creadora de atuendos para la reina desde 2002, convirtiéndose en una gran amiga y compañera de Isabel II.

5. Los zapateros de la Reina. Debido a la obligación de permanecer de pié durante largos actos, Isabel II escogió siempre calzado cómodo, piezas con un tacón grueso y estable. Durante años sus proveedores fue la marca Rayne, aunque más recientemente lo fueron Anello & Davide. En Rayne habian trabajado ya para la reina madre desde 1936.

6. Sus collares de perlas. Un rasgo muy significativo de su estilo son las perlas, especialmente un broche que quiere recordar a «La Peregrina» que se supone que tuvo María Tudor, aunque no parece que ni esta ni la de la Familia Real española sea la original, aquella que Burton compró para Liz Taylor y que Felipe II regaló a la conocida como «Bloody Mary». Los collares de tres vueltas han sido otra de sus señas de identidad.

7. Los vestidos de noche. A cargo de Sir Norman Hartnell durante muchos años, siempre fueron impecables prendas, delicadas, adaptadas a su físico y discretas si bien muy «reales». Suyos fueron su vestido de boda y de coronación. A su muerte le siguió Karl-Ludwig Rehse, quien fue predecesor de John Anderson.

8. Las tiaras de la Reina Isabel. Mucho se ha escrito sobre ellas y sobre las luchas que llevarlas en bodas y eventos han causado entre sus nietas y nietas políticas. Algunas heredadas de su abuela paterna, Mary de Teck, y la mayoría de la Reina Victoria, su bisabuela, están entre las más codiciadas del mundo.

9. Sencillez campera. En su día a día, Isabel II disfrutaba en el campo, montando a caballo o en picnics en Balmoral. En cualquiera de los casos, utilizaba los Barbours para protegerse, los breeches de origen en la India para montar y algún husky para protegerse al galope. Las botas de agua y de montar, estaban entre su calzado más utilizado.

10. Marcas británicas. Excelente embajadora de las marcas de moda, sastrería, guantes, bolsos, calzado y abrigos de factura británica, la Reina Isabel II nunca traicionó sus orígenes si se molestó vistiendo prendas italianas o francesas. No lo necesitaba. Bravo por ser un ejemplo en todos los sentidos. God will save the Queen.