Moda
En qué consiste 'El Pescaíto', la famosa cena de la Feria de Sevilla
Origen y protocolo del evento más arraigado en las casetas del Real
Comenzó en Sevilla la Feria de Abril en 1847 como experimento para promover el comercio de los tratantes de ganado y productos agrícolas en una provincia pobre con una economía muy restringida. Pronto surgieron las casetas para apoyar el comercio y dar sombra a los asistentes. Pero, ¿cómo surgió la famosa cena de El Pescaíto que da el pistoletazo de salida a la feria?
Para 1930 las casetas ya se parecían a las actuales. Los grupos de amigos, asociaciones, gremios y colectivos varios, montaban sus casetas con esa preciosa estética colorista que dibujó Gustavo Bacarisas con sus carteles cuajados de color, adornos taurinos y rayas. En 1949, se ilumina oficialmente la feria por primera vez, aún situadas en el Prado de San Sebastián las casetas más sencillas y en la calle San Fernando las instalaciones más sofisticadas.
Desde que llegó la iluminación, la noche anterior al comienzo de la Feria se probaba el alumbrado y los socios de cada caseta ultimaban la colocación de los farolillos, primorosamente abiertos e instalados sobre cada bombilla, rematando la decoración con marcos de fotos históricas, objetos taurinos, macetas, mantones y otros detalles que hicieran del espacio un lugar acogedor y con personalidad.
Así pues, la noche de la prueba del «alumbrao» los socios se citaban para dar los últimos toques a sus casetas, tras lo cual, cansados y sin muchos locales disponibles abiertos debido a las altas horas, compraban para cenar lo que les resultaba más sencillo de conseguir en la zona: el pescaíto en papel de estraza de las cercanas freidurías de la Puerta de la Carne.
Con el tiempo, la noche del «pescaíto» se convirtió en tradición entre los socios de cada caseta, teniendo lugar cada lunes de feria. Solo los socios y sus parejas acudían a estos eventos privados y entrañables. A través de los años, y con lo que les gusta a los sevillanos vestirse, la cena del «pescaíto» se ha convertido en un acto protocolario del comienzo de la feria, celebrándose ahora el sábado inicial y manteniéndose un menú similar. Ellos acuden de traje de chaqueta y corbata, mientras que ellas escogen un vestido de cóctel con mantón o un atuendo elegante y tacón, siempre evitando el traje de gitana que se empieza a utilizar únicamente al día siguiente, cuando la apertura de la feria ya es oficial.