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Pamplona acoge la primera exposición de vestidos de novia originales de Balenciaga
Diez piezas de alta costura creadas por el modisto guipuzcoano entre 1922 y 1966
La Catedral de Santa María la Real de Pamplona acoge la primera exposición de vestidos de novia originales de Cristóbal Balenciaga que presenta diez piezas de alta costura creadas por el modisto guipuzcoano entre 1922 y 1966.
La exposición, organizada por Artcouture en colaboración con el Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria, el Museo de la Catedral de Pamplona, el Ayuntamiento de Pamplona y el patrocino de Hotel Tres Reyes, óptica Julio Ezpeleta, Montiel Joyero, Grupo Torregrosa, Massada y la Iniciativa Jon de la Puente, estará disponible para visitar hasta el 13 de octubre por 9 euros.
Así, en el refectorio se podrán ver nueve trajes nupciales, colocados de manera individual, que muestran los diferentes estilos y técnicas de Balenciaga; por otro lado, en la cocina, una de las mejor conservadas de Europa, se disfrutará de una única pieza, de 1966.
Se trata de un espectacular traje en gazar marfil calado y bordado, con escote a la caja y manga japonesa larga. Destaca por su cuerpo entallado y falda de bajo asimétrico. La cocina de la Catedral de Pamplona, con su singular construcción, su característica bóveda y su luz cenital ha inspirado a arquitectos, escritores y artistas durante siglos.
A través de una estudiada museografía, Balenciaga Inolvidable propone un diálogo entre el espacio, único y singular, de la catedral, símbolo y estandarte del patrimonio artístico y cultural de la ciudad de Pamplona, y las obras, piezas de alta costura diseñadas y creadas como auténticas obras de arte. De este modo, espacio y obra, se unen y transforman en un legado único que visibiliza la mixtión de diversidad y coherencia del arte en su máxima expresión.
Cristóbal Balenciaga fue referente por su estilo innovador, su alto nivel de exigencia y su rigor profesional, lo que le concedió un prestigio internacional ampliamente reconocido. Así, se puede disfrutar de prendas artesanales elaboradas a mano, lentamente, y de la riqueza de sus volúmenes trazados de manera singular o de sus costuras invisibles, sellos indiscutibles de la obra de Balenciaga.
Trajes con mucha historia
Cada uno de los 10 trajes que podrán disfrutarse en la exposición son originales, y más allá de reflejar los diferentes estilos y tendencias que creo el Maestro Balenciaga, tienen una historia detrás, y están vinculados a mujeres de la alta sociedad del siglo XX.
Paloma Loewenthal ha viajado desde Argentina para esta ocasión. Loewenthal lució uno de los trajes de la exposición durante su boda con Alberto Loewenthal. Posteriormente lo donó al Museo Cristóbal Balenciaga, porque «el traje debe volver a su dueño». Se trata de un traje en raso marfil con abalorios en las mangas, cuello a la caja y manga francesa rematada con flecos de abalorios de cristal y seda.
«Lo que veis aquí es la realización de un sueño», ha declarado Loewenthal a los medios. Ella pidió tres modelos de los mejores modistas de España y se los enviaron a Buenos Aires, donde ella se había tomado las medidas: «Los otros dos eran divinos, pero este era espectacular», ha dicho. En la exposición ha vuelto a «sentir» lo que sintió la primera vez que lo vio.
El enlace, celebrado en 1962, fue el primero que se hizo en Buenos Aires al estilo español. Los 700 invitados fueron agasajados con un cocktail y luego con una cena en el Hotel Plaza. Había una orquesta para ambientar, y un baile posterior.
Otra de las piezas emblemáticas, que puede verse en el altar del refectorio, es el traje de novia de Doña Sonsoles Díez de Rivera y de Icaza, hija de la Marquesa de Llanzol principal benefactora de Cristóbal Balenciaga y quien impulsó sus primeros pasos como modisto.